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El método

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El método

  • El método

 

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nadie va al Padre sino por mi.

Jn. 14, 6

 

Este fin de semana del 15 y 16 de Setiembre se desarrolla el Segundo Encuentro Nacional de Equipos. Quienes acompañamos la vida en los Centros Barriales llegamos a Ezeiza con sed. Necesitamos escuchar, ver cómo los otros centros están respondiendo nuestros mismos problemas, alegrarnos de ser Iglesia, profundizar la mirada, la espiritualidad, sabernos familia grande.

Es en este contexto de encuentro que nos brota del corazón la pregunta: ¿qué cosa tenemos en común? ¿Qué es lo que nos une y nos hace buscar respuestas en el encuentro? ¿Qué es aquello que compartimos, pero que a la vez nos diferencia de otras experiencias eclesiales que también trabajan con los más rotos? Sin lugar a dudas el hecho de ser familia: ese involucramiento afectivo incondicional y total que supera la lógica de la eficacia, permanece en el tiempo, teje vínculos, amplía el nosotros y nos va constituyendo a todos en una comunidad eclesial que vive la caridad y celebra la fe.

Evidentemente, no se trata de un modelo de intervención. Nuestras acciones no pueden cerrarse en un modelo y replicarse sin más en los diversos territorios y realidades. Cosas que funcionan en un lugar no son apropiadas para otro. Los recursos que sobran por acá no están allá, y viceversa. Quien quisiera trasplantar un centro barrial ya constituido de un barrio a otro sin entrar en diálogo con la historia iría directamente al fracaso. Lo que tal vez se puede hacer con un hospital de día, o con un centro ambulatorio para el tratamiento de las adicciones es absolutamente inviable entre nosotros.

Es claro entonces, no compartimos un modelo, lo que nos une es el método. No es el punto de llegada sino el modo de caminar.

“Recibir la vida como viene” es nuestro método. Ese lema, que Dios nos regaló en la prédica de Bergoglio el día de la inauguración del primer centro barrial es para nosotros una fuente inagotable de vida. Siempre pienso que aquel jueves santo, 20 de Marzo de 2008, el entonces Arzobispo de Buenos Aires le prestó la boca al Espíritu Santo para lanzarnos esa palabra viva, esa que en tiempo se fue desgranando y revelándonos un poco más del misterio de Dios y su camino para nosotros.   Señalo a continuación 5 aspectos de nuestro método, recibir la vida como viene:

 

  • “Recibir todas las vidas como vienen” es para nosotros el reconocimiento de la dignidad absoluta de todas las personas. Es la afirmación tenaz de que nadie está de sobra, de que más allá de los pecados y crímenes que esa persona haya cometido, de la religión que profese, de la clase social de la que provenga, de la raza que proceda, de la orientación sexual que tenga, de las ideas que detente, o de las banderas que enarbole… más allá de todo eso la vamos a recibir con un abrazo, nos vamos a alegrar de su llegada, y vamos a estar dispuestos a hacernos familia y a compartir la vida. Es recibir la TOTALIDADde las vidas, empezando por las más rotas. A estas incluso, las vamos a buscar.

 

  • “Recibir toda la vida como viene” es también desarrollar una mirada integral que supere la fragmentación temática propia de las especialidades y disciplinas. Es la mirada de la mamá, del papá, del hermano, la hermana, de los abuelos. Es la mirada que no se acaba en los aspectos psicológicos, médicos, educativos, laborales sino que se ensancha para verlo y acompañarlo todo, también el tiempo, el cumpleaños de 15, la enfermedad, la soledad, la compañía de los días feriados, el noviazgo, las dificultades con el dinero, la cárcel, etc. Es una mirada que llega incluso a acompañar – como lo hace la familia – hasta la misma muerte y más. Si la mirada del especialista es profunda y angosta, porque sabe muchísimo de un solo aspecto, la mirada integral en cambio es más plana, no sabe tanto de cada parte, pero es lo suficientemente ancha para abrazarlo todo, para no dejar afuera ningún aspecto. Como no tiene todas las respuestas, se dispone a acompañar todos los recorridos. Recibir la vida como viene es mirar la INTEGRALIDAD de la vida, todos sus aspectos y dimensiones y disponerse a acompañar.

 

  • Alguien irrumpió en nuestro lugar, barrio, parroquia, colegio… Llegó arrastrando un dolor, una situación desesperada, y nosotros debimos abrir nuestras puertas aun cuando no estábamos preparados. Es porque habitualmente la vida viene de un modo inesperado e inoportuno. No avisa, irrumpe. Por eso al recibirla nos desinstala y nos lleva a esa zona de riesgo que el Papa vislumbra cuando para acompañarnos dice (EG 49): “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”. Con el tiempo vamos intentando organizar ese lugar que hicimos, generar alguna instancia de seguridad sin traicionar la hospitalidad. La organización es ahora más inclusiva como consecuencia de PERMANECERen la apertura. Cuando “Recibimos la Vida como Viene”, esta nos va modelando, nos va cambiando, nos va señalando qué muros debemos derribar y qué puentes construir. Con el tiempo llegamos a reconocer que nuestra identidad no es otra cosa que la marca que nos fue dejando la Vida al llegar.

 

  • “Recibir la vida como viene” es estar abiertos a la bendición. La HOSPITALIDADes reconocer que el que llega es el mismo Cristo. Cuando la Iglesia Recibe y pone en el centro a los bendecidos de Dios, se contagia la bendición, y la alegría, que es el signo de la presencia de Dios, renace.

 

  • “Recibir la vida como viene” es reconocer que por el principio de la Encarnación Dios siempre está viniendo en la realidad y especialmente en los más pobres. Descubrir la realidad atravesada por Dios es para nosotros la tarea más importante. Por eso, si Él viene, nosotros debemos DISCERNIR, descubrir dónde está, cuándo, cómo, y qué camino nos está señalando. En el Hogar de Cristo no tenemos un modelo, tenemos en cambio un método, un modo de caminar, un camino que hay que ir comprendiendo en la lectura de los acontecimientos. Nuestra tarea es discernir la vida que llega y seguir los caminos por los que nos va llevando.

 

 

 

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Comentarios(2)

  1. Maria de Fátima Acosta dice

    HOLA.MI NOMBRE ES MARÍA…
    TENGO UN HIJO, RAÚL,DE 42 AÑOS QUE,PESE A TODOS LOS TRATAMIENTOS,NUNCA TERMINÓ DE SALIR DEL CONSUMO.
    HOY ESTÁ EN LA CASA DEL PROGRAMA ANDRÉS…
    POR CONSEJO DEL CURA CON EL QUE ME CONFESÉ EN EL SANTUARIO DE MARIA DEL ROSARIO DE S.NICOLAS,Y X QUE NO ME CIERRAN ALGUNAS COSAS DE AQUEL LUGAR,ES QUE RECURRO A USTEDES EN BUSCA DE GUÍA…
    RAÚL NO TIENE NADA, PERDIÓ LO POCO Q TENÍA… PODRÁN AYUDARNOS?MIL GRACIAS.

  2. Nancy María Stasi dice

    Me gustaría participar

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