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Escucha y acompañamiento a las familias

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Escucha y acompañamiento a las familias

Carla, Jesús y Sebastián 

CB María Madre del Pueblo Campo Papa, Mendoza

Hace un tiempo nos tocó trabajar sobre los grupos de pertenencia de los chicos. Uno de los más fuertes que encontramos era la familia. Este, es un grupo de pertenencia muy fuerte que tienen los chicos. Están muy vinculados a su familia, más allá del grupo sanguíneo, por las vivencias, por las experiencias. A pesar de lo compleja que pueda ser la situación familiar, siempre vuelven a su familia. Aún cuando no se lleven bien, es un vínculo muy fuerte.

Al recibir la vida como viene, los recibimos junto a toda una realidad familiar que poco a poco nos van abriendo, a medida que van entrando en confianza. Nosotros dividimos en cuatro puntos el hecho de cómo llega la familia al hogar. 1.- A través del chico que viene a pedir ayuda. 2.- A través de una orden judicial. 3.- A través de la madre, la abuela, o la tía que vienen a pedir ayuda. 4.- O también tenemos por la misión.

Nosotros salimos a misionar todos los viernes y a buscar chicos nuevos. En cualquiera de las cuatro maneras que venga nosotros estamos recibiendo la vida como viene: ya sea que pide ayuda el pibe, o venga a su mamá a pedir ayuda, o venga por una orden judicial, nosotros tenemos que salir a hacerle frente a esto. A recibir la vida como viene. En esta vida como viene, nosotros recibimos a una sola persona en ese primer momento.

Una vez que empezamos a conocerlos, vemos cómo está conformada su familia a través los grupos de autoayuda. Ellos expresan cuántos hermanos tienen, si viven con su mamá, su papá, si hay violencia familiar. A través de eso nosotros empezamos a conocer la realidad familiar. Nos pasa siempre cuando tomamos contacto con los chicos a través de estas cuatro modalidades que también tomamos contacto con esa familia. La vamos a misionar todos los viernes. Nos vamos interiorizando en su realidad familiar. Por ahí, nos piden ayuda de distintos tipos: bolsones de mercadería, que los conectamos con el municipio para hacerle los DNI, empezamos a conocer con quién tienen bronca. Si realmente el pibe en el seno familiar está teniendo muchos problemas, tal vez nos piden que los saquemos de la familia para ellos poder hacer un proceso afuera, y después tratar de hacer la revinculación.

Nunca buscamos hablar mal de la familia sino de acompañarlos para que puedan recibir lo que no están recibiendo en ese seno familiar en ese momento: ese amor, ese primer abrazo, esa primera palabra que necesitan decir para salir adelante. Sabemos que el joven llega al hogar con una historia. Generalmente, viene con una historia familiar que, en la medida que se va se va sintiendo acompañado, se anima a ir contándola. Muchas veces las familias son el lugar donde se genera todo el conflicto. Entonces, termina siendo un lugar de pertenencia porque se siente parte del lugar, pero como que en ese lugar también descubre que no pueden seguir.

La familia se transforma en un lugar que no lo ayuda al joven entonces descubre que quiere salir de allí. Nos ha pasado en algunas experiencias concretas que quiere salir, no por una cuestión de joven adolescente que quiere independencia de la familia sino, porque se da cuenta que no le ayuda en su proceso. Está el deseo de salir pero también muy fuerte, en algunos de los casos que nos ha tocado, es que quieren volver.

Como decíamos recién, mal o bien, la familia termina siendo un lugar de pertenencia y se sienten parte. Ellos también reciben su familia –no lo hacen tan explícito pero sí implícitamente- como viene. En el Hogar se dan cuenta que, a veces, no les ayuda el seno familiar, pero si sienten ese lugar como su pertenencia. Reflexionando sobre la experiencia que estamos viviendo, creo que el hogar no busca reemplazar su familia porque hay cosas que no se pueden suplantar.

Hay una historia que está detrás que no vas a poder reemplazar, pero sí brindar aquellas cosas que quizás pueda la familia estar carente. Como decíamos: el cariño, el amor, una mirada diferente. Es una realidad un poco compleja que nos damos cuenta que hay que acompañar como venimos diciendo cada vida como viene. Nos damos cuenta que el seno familiar a pesar de lo bueno y lo malo que tenga es un espacio fuerte donde el joven se siente parte.

¿Cómo concretamente acompañamos a las familias? Por ejemplo, esta última semana, Walter, uno de los chicos, fue internado desde el jueves. Entonces, la madre, que hace poquito comenzó a venir a misa y a compartir con nosotros los viernes gracias a la insistencia de su propio, nos contó que Walter estaba internado y que necesitaba que alguien fuera a llevarle ropa o a cuidarlo. Entre el equipo nos turnamos esa noche, fuimos, buscamos ropa, y se la llevamos. Y este fin de semana que estamos acá, los que quedaron se han estado turnando para ir a cuidarlo durante todo el día, porque la madre trabaja.

Con el chico como decíamos recién, llega también la familia. A veces, viene el chico primero o la familia que trae el chico con el deseo de acompañamiento. Han venido chicos primero y después ha empezado a entrar en contacto la mamá. Por ejemplo, Kevin, uno de los chicos, que después de mucha insistencia de parte de los misioneros para que vaya al Hogar, tiene una cierta participación pero empezó a participar la hermana en el taller de arte, después quiso ir al taller de espiritualidad y la mamá venía con sus dos hijas y también empezaron a participar en el apoyo escolar, en el tema de la copa de leche, y después Soledad, la hermana de Kevin, hace dos meses tuvo familia y el nene nació con cocaína en sangre. Ahí, intervinieron en un primer momento sacándole la tenencia, y dándosela a la abuela. Finalmente, el niño quedó con su mamá y ella hizo un clic de que no estaba bueno este tipo de vida para su hijo. Empezó a hacer más consciente el poder empezar un camino más profundo de recuperación.

Nosotros estábamos muy contentos con esto, porque venía 2 meses perseverando y caminando, hasta le había cambiado la cara. Pero, el lunes pasado al entrar al barrio, la apuñalaron. Fue una situación difícil porque decíamos ¿cómo puede ser si venía caminando bien y ahora le pasa esto? Ahí lo que te sale es lo del momento: había que ir al hospital, salimos fuimos al hospital, estuvimos ahí. Nosotros trabajamos también con las hermanas misioneras diocesanas, entonces, mientras que estábamos en el hospital ellas ya estaban visitando la casa de ella para ver con quién se quedaban las otras dos nenas y el bebé.

No existen respuestas mágicas, requieren de un acompañamiento cuerpo a cuerpo que es lo que venimos diciendo muchas veces. Pero desde mi punto de vista, allí es donde se genera la confianza: estuvieron presentes. A veces no estamos presentes porque no podemos llegar a todo, pero en las pequeñas cosas donde nosotros podemos estar presentes se genera siempre un vínculo donde la gente empieza a animarse a estas cosas y acercarse al hogar.

Erik

Espacio Puentes – Cura Brochero, Córdoba

Cuando nos proponen hablar de la familia, sinceramente nos encontramos frente a la pregunta de qué hacíamos nosotros con la familia. No creíamos que había algo concreto que hiciéramos con las familias, pero al sonar esta pregunta constantemente en la cabeza durante un tiempo empezamos a ver que sí existían muchas cosas. Cuando hablamos de atender la complejidad de la persona que viene, empezamos a ver que damos muchas respuestas que giran en torno a la familia.

El centro barrial funciona en el predio parroquial. También está dividido en lo que es el Centro Barrial Virgen de Lourdes pero es todo Espacio Puentes Cura Brochero. En la parroquia trabajamos el área de prevención, dándole una propuesta sana a los jóvenes y adolescentes, y un poquito más específico el acompañamiento a las personas que están con un problema de consumo se hace en el centro barrial.

En la parroquia, aprovechando lo edilicio -tenemos aulas, hay un tinglado donde se realizan todos los deportes- tenemos actividades y propuestas sanas. Tenemos fútbol, karate, basket. Cuando nos vienen a proponer algún deporte que quieren practicar ellos solos también lo abrimos al tinglado, y si no en las aulas se dan algunos cursos de oficios. Se dan actividades artísticas, como guitarra, jazz, folklore, rap, y big box.

Dentro de todo eso, se van sumando otras alternativas, como por ejemplo, el jardín Maná que antes dependía de la parroquia y, ahora lo abrimos con una nueva propuesta: centro de atención de la niñez y de la mujer. De esta manera, la idea de la parroquia que en un principio fue únicamente de prevención, se fue ampliando.

Empezamos a recopilar datos y pensar en el modo que acompañamos a la familia. La idea es crear muchos círculos virtuosos y la familia en torno a eso. Por ejemplo, cae una persona con problemas de consumo a la casita, acompañada por su mamá, a quien invitamos a compartir la cena. Se torna algo muy familiar en la casita, y queda ahí la madre dando vueltas. Con el tiempo la invitamos a un curso de oficio. El hermano más chico participa en una actividad, y a su vez, el padre también está haciendo algún otro curso de oficio. Están divididos tanto en la parroquia como en la casita. Y así, vamos cerrando el círculo familiar en base a todas las propuestas que tenemos.

Nuestro intención es que la familia se una a la propuesta sana que ofrecemos desde el Centro Barrial. La idea no es reunirlos en una habitación para hablar de por qué están desunidos sino que a través de los lazos que se van haciendo a través de los distintos espacios que van participando, logren fortalecer los vínculos.

Por ahí nos encontrábamos que viene un niño a la tarde y después cae el padre a un curso de oficio y se terminan yendo los dos juntos. Algunas veces de ahí, se van a la casita, donde reciben propuestas sanas.

Yanina

Espacio Puentes – Cura Brochero, Córdoba

Tomando como base la demanda de los chicos de un espacio donde estén los familiares, se nos ocurrió la idea de convocarlos y preguntarles si les hacía falta un espacio. El objetivo era que ellos pudieran construir ese espacio. Tuvimos nuestro primer encuentro, en el que compartieron de manera espontánea las experiencias y vivencias que tenían entre ellos. Según lo que expresaban, esto les resultó muy aliviador. Nos decían que les gustaría repetir esa experiencia de compartir lo que les estaba pasando a todos, porque se sentían acompañados y comprendidos con los otros familiares que compartían lo que estaban pasando.

Propusieron un espacio donde compartir esas experiencias y donde construir herramientas y estrategias de acompañamiento a esos sujetos, sus familiares, que están en situación de consumo. El equipo planteó la posibilidad de encontrarnos para que podamos hablar sobre esto y construir estas estrategias de afrontamiento también a estas situaciones que tienen en común.

Melisa

Espacio Puentes – Cura Brochero, Córdoba

Quería agregar dos cosas. Nosotros estamos trabajando hace dos años. El primer año veíamos que los chicos que participaban de las actividades deportivas y artísticas venían solos sin ningún familiar que los acompañara. Tal vez porque viven cerca de la parroquia o porque vienen con los amiguitos y demás. Nuestro horario de apertura es a las 16 y cerramos a las 22 o 23 hs. aproximadamente. Nos hacía ruido que eran las 11 de la noche y los chicos se volvían solos.

Este año nos propusimos hacer una fichita de inscripción a todos los espacios en donde el requisito era que los chicos para participar del torneo de fútbol, o poder bailar jazz, tenían que venir con sus papás a hacer la ficha de inscripción por ser menores. Ahí empezamos a conocer un poco más de los papás, cuál era su realidad y pudimos tener un acercamiento.

Esas eran una de las cosas negativas que nosotros veíamos en torno a las familias. Pensaba también en un espacio particular que nosotros tenemos que es el de jazz, en el que hay un grupo de casi 20 – 25 niñas. El año pasado y este año participaron de un certamen en el Teatro del Lago en Carlos Paz. Para ese evento, ellas tenían que recaudar mucha plata, para hacer sus trajes, pagar el colectivo, pagar la presentación de las coreografías. Entonces, había que buscar la forma de poder recaudar todo eso. Las mamás se pusieron a elaborar empanadas, pastelitos, hacían ferias de ropa y ese también fue un modo de involucrar la familia.

Una de las cosas que más rescato de eso es la emoción de los papás al descubrir las cosas que pueden hacer sus niños. Ganaron un trofeo de segundo y tercer puesto, y verlos llorar por ese sacrificio de ensayar dos veces a la semana que tuvo su recompensa, era lindo porque quizás los papás están cansados de la rutina, del trabajo, tienen muchos hijos… entonces puede ser que no se puedan encontrar de esa manera con los niños y eso fue un buen resultado.

Erik

En el centro de atención a la mujer y de la niñez se abre el hogar del abrazo maternal a partir del mediodía hasta aproximadamente cinco o seis de la tarde. La idea es ir cerrando ese espiral que va haciendo la semana. En donde la mamá que va al Hogar, deja sus niños a la mañana en el jardín, luego va al Hogar y capaz que concluye su tarde yendo a la casita. Antes, pasa por la Iglesia a buscar a su hijo o hija que está en alguna actividad. De alguna manera estamos acompañando tres, cuatro, a veces dos vidas a la vez, , y no nos damos cuenta.

Están ensayando jazz arriba las chicas, y por prestarle un termo y un mate a las mamás que están esperando, se crea un momento muy lindo de compartida. En este, se van conociendo, van surgiendo algunos roces del barrio entre otras cosas, que termina en algo muy lindo, un grupo de madres que hoy en día quieren tener una remera, una identificación, seguir creando cosas. Propusieron festejar el día del estudiante para todos los espacios. O sea realmente se conmovieron esas madres al ver que nuestra propuesta es algo sano.

Lucas

Espacio Puentes – Cura Brochero, Córdoba

Llegué a la casita por problemas de adicción en junio del año pasado. Les cuento lo que es la casita: llegamos a la tarde, compartimos una merienda, una charla. Después, tenemos los acompañamientos de Enrique y ahora está el rol de Yanina, que es la psicóloga, antes estaba Gabi.

Venimos los días lunes, miércoles, y viernes. Lunes y miércoles compartimos la Palabra, después la cena, unas charlas y luego, cada uno a su casa. Los viernes todo por igual, sino que compartimos la misa. Ya llevo cerca de dos años sin consumo. Me acerqué acá porque me trajo un amigo y fue algo lindo que me cambió la vida. No me doy por curado sino que esto es largo, para toda la vida, es una enfermedad.

A la vez, fui llevando a mi familia. Fueron conmigo haciéndose partícipes de todo esto y es algo lindo para mí y lindo para ellos porque nos encontramos con gente muy buena que nos dieron manos impresionantes.

Cinthia

Espacio Puentes – Cura Brochero, Córdoba

Yo llegué acompañando a Lucas con mis hijas. Primero comencé como acompañante de cocina y después el cocinero me dejó a cargo. Así que ahora cocino para toda la familia. Pasamos a ser de 20 a 60 un viernes. Y ahora también pasé a ser cocinera del abrazo materno que es para mujeres en situación de vulnerabilidad con sus hijos.

Feliz porque sentimos un cambio muy grande. Un acompañamiento muy grande para mí, para mi familia, y para todos los que nos siguen. No solo nosotros concurrimos al lugar sino también mis cuñados, mi suegra, que fueron los que nos acompañan, lo acompañan a él. Muy lindo todo. Es una gran familia que se llega a apreciar lo que hace por uno.

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