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La Familia Grande Hogar de Cristo celebró su décimo aniversario en Luján

Para leer nota original en AICA: http://www.aica.org/32671-la-familia-grande-hogar-de-cristo-celebro-su-decimo-aniversario.html

La Familia Grande Hogar de Cristo (FGHC), la federación que agrupa centros barriales que tienen como finalidad dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social o de adicciones, culminó este fin de semana los festejos por su décimo aniversario con una misa en la basílica de Luján.

La celebración eucarística fue presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, y concelebrada por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, y el obispo auxiliar de Lomas de Zamora, monseñor Jorge García Cuerva, y varios sacerdotes.

El presbítero José María Di Paola, quien incentivado por el hoy papa Francisco organizó uno de los primeros Hogares de Cristo, destacó que “en el Gran Buenos Aires y en el mundo de las villas de la Capital Federal, en el mundo interior de los barrios difíciles, hay laicos, hay religiosas, hay curas, hay jóvenes que se están organizando para decir: ‘Aquí tenés un lugar’”.

“Cada uno lo hará de un modo diferente, pero todos con el mismo espíritu. El espíritu del Hogar de Cristo: Casa de Jesús, Casa para todos. Una comunidad que no se cierra”, sostuvo.

Los festejos comenzaron el sábado en Luján, donde hubo un espacio para niños, una feria de emprendimientos y un momento de recreación que incluyó juegos cooperativos, de mesa, karaoke y baile. A las 21.30 se realizó la fiesta.

El domingo se llevó a cabo la peregrinación hasta la basílica de Nuestra Señora de Luján, donde se celebró la Eucaristía.

El Hogar de Cristo
“San Alberto Hurtado, fue el nombre del primero de los centros barriales, “lugares chiquitos, austeros, en zonas alejadas, marginadas, poco transitadas”.

Estos centros se instalan en “zonas de olvido que se extienden, no sólo al lugar geográfico, sino también a los que ahí viven. No en sus casas, ya que muchos no tienen. Sino en sus ranchadas, en sus calles, en sus vías, en los aleros de las construcciones viejas que hoy son fábricas o depósitos”, explicaron en la FGHC.

“Son lugares que hacen recordar a aquel Pesebre que eligió el Salvador para nacer. Donde se está ahí porque no hay lugar en otros lados”, agregaron.

“Comprendemos que estamos ante situaciones de enorme complejidad: no es solamente un problema de drogas, sino de personas atravesadas por este flagelo. No hay una línea directa que va de la droga a la recuperación. Desde ese lugar, afirmamos que los centros barriales de la Familia Grande del Hogar de Cristo reciben la vida como viene, en su totalidad y complejidad”, señalaron.

Y aseguraron: “No se puede pensar en una recuperación plena e integral si quien consume está solo, vive en la calle o no tiene DNI (documento nacional de identidad) que le permita tramitar los beneficios sociales o acceder a cualquier institución sea pública, de salud o social. Sin esas condiciones básicas resulta imposible que alguien pueda pensar en rearmar su vida”.

“Es por esa razón –continuaron- que en los centros barriales acompañamos todos los aspectos de la vida de la persona”.

Así, gracias a la ayuda de los voluntarios, numerosas personas en situación de vulnerabilidad encuentran un hogar, una familia que los recibe. Talleres, emprendimientos, espacios de oración, acompañamiento espiritual, son algunas de las actividades que se realizan y que, en muchos casos, forman parte del proceso de recuperación de quienes se encontraban dominados por el flagelo de la droga.

Para más información ingresar a www.hogardecristo.org.ar o escribir a encuentro@hogardecristo.org.ar. Para donaciones: dona@hogardecristo.org.ar o llamar al +54 9 11 5478-7325.+