Relatos de angustia y dolor realizaron madres, abuelas y exadictos en una jornada que buscó generar conciencia y mayor compromiso desde todos los sectores de la sociedad.
En el marco de las actividades por el Día Contra el Uso Indebido de Drogas, el padre Carlos “Charly” Olivero brindó una charla en la parroquia María Madre de la Iglesia, en la que abogó por una pastoral preventiva con respecto a la problemática de las adicciones y consideró: “La droga no tiene la última palabra. Es importante hacerse cargo de la vida y de las dificultades que tenemos. La vida es mucho más libre. La droga no es el destino final y fatal; se puede pelear”.
El sacerdote sostuvo que “es muy difícil la fe en soledad” y dijo que como una comunidad, la parroquia puede pensarse en términos preventivos: “Es necesario seguir la lógica integral y pensarnos en colaboración con el especialista. Nunca en términos de competencia, porque hace falta la respuesta específica pero no es suficiente. Los problemas complejos piden comunión y la colaboración de cada una de las dos partes que intervienen”.
“La parroquia es el barrio. Las personas son las que están en nuestro territorio. Si tenés un grupo de pibes en la esquina, Dios espera que vos escuches y acompañes. Hay que pensar más grande que nuestros edificios, en términos de nuestros territorios. A nosotros no nos toca mirar desde la eficacia. Nuestro lugar como Iglesia es otro”, aseguró y recordó una situación en la que tras acompañar de todas las formas posibles a un chico durante ocho años, éste terminó muriendo: “¿Qué no hicimos durante 8 años?, me pregunté. Nuestro lugar era estar al lado del sufrimiento de la madre. Me toca consolar a la mamá. Estamos desde la lógica del acompañamiento. Como la Virgen al pie de la cruz, no desde la lógica de la eficacia”, enfatizó.
El religioso relató otro caso donde un joven que estuvo durante mucho tiempo en la calle, ni bien ingresó al Hogar de Cristo, le descubrieron cáncer: “El lugar nuestro fue acompañar su agonía. Este pibe llegó para que lo acompañemos a morir”, sentenció.
Sobre el trabajo con personas con problemas de adicción, “Charly” llamó a superar prejuicios: “A veces cargamos tanto las tintas y en última instancia estamos hablando de personas enfermas, pérdidas, que no le encuentran mucho sentido a la vida. Es necesario animarse a correr las fronteras”.
En esta misma línea, consideró que el miedo es un obstáculo porque genera un compromiso a medias o sólo en aquello que nos incumbe. “Ahora, es importante dejarse desinstalar”, explicó y recordó que en oportunidad de que Bergoglio lavó los pies de 7 chicos de la villa durante una Semana Santa hace algunos años, éste les dijo: “Hay que recibir la vida como viene”. No poner un filtro. Lo que viene, acompañamos. Comprendimos que la vida como viene es Dios que viene. En ese pibe que llegaba roto era Dios quien llegaba. La vida te irrumpe. No éramos nosotros, desde nuestra idea quienes íbamos a hacer el camino. Sino Dios que viene. Hay que ponerle el cuerpo”.
Nota completa en la edición impresa del 27/06
Para leer nota original de La Mañana Online: http://www.lamañanaonline.com.ar/noticia/66375-la-droga-no-tiene-la-ultima-palabra
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