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La dimensión teológica de la hospitalidad incondicional de Jesús de Nazareth: santidad y fragilidad

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La dimensión teológica de la hospitalidad incondicional de Jesús de Nazareth: santidad y fragilidad

La dimensión teológica de la hospitalidad incondicional
de Jesús de Nazareth: santidad y fragilidad

Por: Cecilia Avenatti

“Bienaventurados los rajados, porque dejarán pasar la luz.”

 

1)    El lema de la Familia Grande Hogares de Cristo “recibir la vida como viene”coincide con el concepto de la hospitalidad incondicional de Jesús de Nazareth propuesto por el teólogo jesuita Christoph Theobald como estilo de su santidad, la cual consiste en “recibir a todo el que está viniendo”.

 

2)    Con la mirada puesta en la santidad hospitalaria del Nazareno intentaré trazar un puenteentre la accióndesarrollada por ustedes cotidianamente en los Hogares y el pensamientode una teología que busca responder a los signos de este tiempo. En este puente se unen experiencia y lenguaje: se trata de nombrarpara comprender el mundo en que vivimos, para comprendernos a nosotros mismos, a fin de que la vida habite nuestras palabras y acciones. 

 

3)    El desafío consiste en encontrar un lenguaje teológicoque permanezca al ras de la experiencia. La hospitalidad es una experiencia de encuentro con un tú, lo cual supone un punto de partida: somos seres en relación. El lenguaje teológico no puede ahogar esta dimensión de la identidad humana, pues el objeto de la teología es el Dios vivo que es en sí mismo relación de amor y en esta relación hemos sido creados. Este amor es donación y vaciamiento, es el Amor pascual, cruz y resurrección. 

 

4)    La hospitalidad nombra una experiencia, es un lenguaje resistente a la abstracción.Cuando decimos hospitalidad, en nuestro corazón y nuestra mente aparece la imagen concreta de una acción de alguien que llega y alguien que recibe acogiéndose recíprocamente en la mutua fragilidad. La hospitalidad responde a un esquema espacial.

 

5)    ¿Quién es el huésped? En el origen de las palabras se nos revela su sentido. La palabra “huésped” en español proviene del griego y del latín. La palabra griega para decir huésped es “xénos”, que significa extranjero, es decir, alguien que no pertenece a mi grupo social, que viene de otra parte, que llega de improviso pidiendo ser recibido. Los griegos convirtieron esta acción de hospitalidad en una ley sagrada. La palabra latina “hospes”, huésped, tiene la misma raíz que la palabra “hostis”, enemigo, porque el extranjero era para los romanos el que habitaba más allá de las fronteras del imperio, y por tanto, un enemigo. 

 

6)    El paso de la asimetría a la simetría: la tensión entre la confianza y el riesgo. Tanto la palabra griega como la latina revelan, cada una a su modo, que la hospitalidad es difícil. Por un lado, se exige confianza y apertura a la sorpresade lo nuevo que irrumpe con el encuentro inesperado del otro que aparece en mi vida personal y social, y por otro lado, se corre el riesgo de la potencial hostilidad,que se despierta tanto en el que recibe como en el que es recibido, bajo la forma del miedo a no ser aceptado. En el comienzo siempre subyace una desproporción, una asimetríaentre el que recibe y el que es recibido. Paradójicamente la hospitalidad comienza cuando el que recibe es interpelado por la llegada inesperada del otro que lo enfrenta a su propio miedo de no ser amado. En este reconocimiento se da el paso de la asimetría a la simetría,de ahí proviene el respeto que es ley fundamental de todo encuentro humano verdadero.

 

7)    El paso de la simetría a la reciprocidad. Pero en la hospitalidad hay algo más: el paso de la simetría (respeto) a la reciprocidad (entrega gratuita). En efecto, el descubrimiento de la condición humana común en la propia debilidad y fragilidad es el comienzo de la hospitalidad, pero no es suficiente. Para que la hospitalidad sea verdadero lugar de la reconciliación consigo mismo en el encuentro con el otro, debe haber reciprocidad, lo cual sucede cuando  el anfitrión que recibe se convierte en huésped, cuando el que recibe es recibido por el otro. En el fondo, la hospitalidad es ofrecerle al otro la posibilidad de expresarse y de compartirse a sí mismo en libertad. En esto consiste la reciprocidad, o más bien, la mutualidad, ya que en la hospitalidad no damos algo, sino que nos damos a nosotros mismos, unos a otros, en gratuidadrecíproca.  

 

8)    La hospitalidad en la Biblia como amor al extranjero. En Hebreos 13, 2 se recomienda “No olviden la hospitalidad, pues gracias a ella algunos hospedaron, sin saberlo, a ángeles.” La palabra griega es “xenophilía”, amor al extranjero o huésped; su opuesto es “xenophobia”, miedo o rechazo al extranjero o huésped. La hospitalidad es la trama fundamental que recorre la Biblia, desde la escena del Génesis (18, 1-16) en la que Abrahám y Sara son bendecidos con la fecundidad del hijo a causa de su hospitalidad, hasta la cena que promete el Apocalipsis (3-20): “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa a cenar”. La simetría se convierte en mutualidad gratuita entre Dios y el hombre y entre los hombres entre sí: “Yo con él y él conmigo”.  

 

9)    El estilo de la hospitalidad abierta e incondicional del Nazareno. La misión de Jesús es anunciar de manera creíble, es decir, con una concordancia absolutaentre lo que vive internamente, lo que dice y lo que hace: en esto consiste anunciar el evangelio de libertad de manera hospitalaria. El camino de la hospitalidad es camino de santidad que consiste en pasar de una concepción dogmática a una percepción estilística de la identidad cristiana. Entendemos por estilo la concordancia entre el fondo y la forma. El fundamento no está fuera sino en el interior de la santidad hospitalaria del Nazareno. Su estilo o modo de habitar el mundo es su santidad hospitalaria.

 

10)  La hospitalidad de Jesús como desasimiento y aprendizaje.Jesús se nos presenta en el Evangelio como el ser hospitalario por excelencia, que genera a su alrededor “situaciones de apertura” que son “experiencias de resurrección”. Dos son los rasgos distintivos de su hospitalidad abierta: el desasimientode sía favor de otro y el aprendizajecomo actitud hacia el mundo. 

 

11)  La hospitalidad del acto de fe. “Tufe te ha salvado, vete en paz y queda curada” (Lc 8, 48), le dice Jesús a la hemorroísa que le toca el manto: la fuerza que sale de Jesús hace que ella descubra en sí y ponga en acción su propia fe en la vida. Lo que la salva es darse cuenta de que ella existe ante otro. En este hacerse a un lado para permitir al otro encontrar su identidad radica la hospitalidad de Jesús, su santidad. Es un cambio radical de las falsas imágenes de Dios. El acto de fe es hospitalario en la medida en que se enraíza en el “coraje de existir” que Jesús engendra en aquellos con quienes se encuentra, sin sustituir de ningún modo su libertad. 

 

12)  La hospitalidad y la conciencia teologal del pecado. La parábola del Buen samaritano, ícono de la hospitalidad evangélica, inaugura una nueva conciencia teologal del pecado que supera la conciencia moral: la percepción de la herida del otro, que se convierte entonces en mi prójimo, se da simultáneamente con la percepción de la dureza de mi propio corazón que no ha reparado en el otro (Lc 10,33). 

 

13) Hospitalidad y fragilidad.El estilo es una manera de habitar el mundo. La hospitalidad es morada, un modo de habitar hoy en un mundo plural. La hospitalidad pertenece a la dimensión humana universal. Jesús asumió nuestra vulnerabilidad, entendida como capacidad de ser heridos desde afuera y nuestra fragilidadcomo la condición de quebrarse desde dentro. Su “Rostro coronado de espinas y crucificado”es el punto culminante de la hospitalidad del Nazareno, que cenó con el traidor en la misma mesa y hospedó al ladrón en la casa de su Padre. En la hospitalidad de nuestra vulnerabilidad, debilidad y fragilidad, la figura de Jesús como el “necio humillado”es hoy aquí y ahora la expresión última de la esperanza de la no-violencia frente a todas las violencias que corren por nuestras venas humanas. Lo que se opone a la vida no es la muerte, sino la mentira y el engaño en todas sus formas. Sólo el amor que se hace hospitalidadcomo servicio y verdad es digno de fe y fuente de vida.  

 

 

En el marco del 3º Encuentro Nacional de Equipos de Familia Grande Hogares de Cristo, 14-15 de septiembre de 2019.

 

 

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