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Hogar de Cristo presenta el documento “Drogas y Adicciones, la otra pandemia”

En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la institución católica presentará el documento en un evento virtual que contará con la participación del Secretario General del CELAM.

Ciudad del Vaticano

“No se puede pensar en una recuperación plena e integral si quien consume drogas está solo, vive en la calle o no tiene DNI que le permita tramitar los beneficios sociales o acceder a cualquier institución sea pública, de salud o social. 

Sin esas condiciones básicas resulta imposible que alguien pueda pensar en re-armar su vida”. Es en este contexto que nace la misión de la Familia Grande Hogar de Cristo, que a través de los Centros Barriales que componen la Federación, dan respuestas concretas e integrales a personas en situación de vulnerabilidad social y/o consumos problemáticos de sustancias psicoactivas.

La labor del Hogar de Cristo

“Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano Integral” se titula el documento que resume años de experiencia de Hogar de Cristo en este campo y que será presentado, vía streaming, el próximo jueves 24 de junio,  a las 11.30 hs, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, instituido por la Organización de las Naciones Unidas y que se celebra el 26 de junio de cada año desde 1987.

Prevención y acompañamiento

En la apertura del evento estará presente monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina) y Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), quien compartirá reflexiones en torno al problema social e individual de las adicciones a las drogas, a la luz del camino de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, tomando como punto de partida las recomendaciones que  en 2007, ofreció la V Conferencia de los episcopados latinoamericanos en Brasil, con el Documento de Aparecida: “Prevención, acompañamiento y sostén de las políticas gubernamentales para reprimir esta pandemia”.

El problema de la droga

Paradójicamente, ya entonces se hablaba de las adicciones como de una pandemia: “El problema de la droga es como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras, ni geográficas ni humanas. Ataca por igual a países ricos y pobres, a niños, jóvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres”, se lee en el Documento de Aparecida que llama a la Iglesia a no permanecer indiferente ante este flagelo que está destruyendo a la humanidad, especialmente a las nuevas generaciones.

La presentación del documento “Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano Integral” estará a cargo de Romina Santomingo, acompañante Hogar Madre de Lourdes, Familia Grande Hogares de Cristo; María Elena Acosta, referente nacional de Hogares de Cristo; Beatriz Ballario, responsable del área Abordaje Pastoral y Comunitario de las Adicciones de Cáritas Argentina; y los sacerdotes José María “Pepe” Di Paola, coordinador de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia y presidente de la Federación de Hogares de Cristo;  y Guillermo “Willy” Torre, párroco de Cristo Obrero, Barrio Mugica, CABA. Se podrá  acceder al evento a través de www.youtube.com/Familia Grande Hogar de Cristo y www.youtube.com/CelamTV.

Para leer nota original: https://hogardecristo.org.ar/wp-admin/post-new.php

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La Iglesia denuncia el crecimiento del consumo de drogas durante la pandemia

En una declaración dice que las restricciones sanitarias impidieron el acceso a lugares de contención como la escuela, el club y capilla.

La Iglesia denunció este jueves que junto con la pandemia del coronavirus existe “otra pandemia silenciada” por muchos actores de la vida pública que es la de la drogadicción, que “mata de la peor manera”, y advirtió que este flagelo “se agravó” durante la expansión del virus, afectado sobre todo a los barrios populares en el marco de una “situación social desesperante”.

Por otra parte, criticó que se propague en la sociedad “un inmanente sentido de aceptación e inocuidad acerca del cannabis, su despenalización y sus usos” y consideró que la marihuana “debería ser puesta en el contexto de la pandemia de las drogas para no minimizar los riesgos de su uso problemático que nada tiene de saludable”.

Los señalamientos están contenidos en una declaración que la Comisión de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia del Episcopado, Cáritas Argentina y los Hogares de Cristo -que alojan a adictos en recuperación- difundió con motivo de que este sábado es el Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas.

La declaración fue presentada en la parroquia Cristo Obrero, del barrio 31 de Retiro por su párroco, Guillermo Torre, y el coordinador del área de adicciones del Episcopado, el padre José María “Pepe” Di Paola, y a la distancia el secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano, el obispo Jorge Lozano.

Tras recordar que la Conferencia de Obispos de Latinoamérica celebrada 2007 en Aparecida, Brasil, había denunciado la expansión de este flagelo, los autores de la declaración se preguntan “qué silencios cómplices habrán logrado que, 14 años después de aquel claro alerta, siga siendo esta la otra pandemia silenciada”.

Añaden que esta pandemia “lastima a nuestros pueblos y se constituye como un terrible obstáculo para el logro del desarrollo humano integral, especialmente de los más pequeños, los más pobres, en quienes reconocemos una valía que tienen para desplegar y que constituye un don para toda la sociedad”.

Señalan que basan sus reflexiones “en el cotidiano encuentro con este dolor” y “los relatos de desgarro, desesperación, impotencia o vivencia de desamparo” y por eso afirman que quieren “llamar la atención sobre el agravamiento de la pandemia de las drogas y las adicciones en tiempos de Covid-19”.

En ese sentido, precisan que “en lo cotidiano nos dimos cuenta cómo, con las restricciones de todo orden generadas por la pandemia de Covid-19 y las medidas políticas que se implementaron para abordarla, quedaron huérfanos nuestros barrios”.

“Por sobre todo, nos desvelamos por los muchos jóvenes que se encuentran sin espacios de contención, ni referentes del mundo adulto o pares con los que interactuar en los clubes, las escuelas e incluso la mayoría de nuestras capillas que quedaron cerradas”, cuentan y lamentan: “Con alarma comprobamos que se encuentran a la intemperie no solo física, sino también existencial”.

Advierten que “en el día a día de nuestro trabajo en los Barrios Populares comprobamos cómo las adicciones y todo lo que se produce a su alrededor van rompiendo los lazos sociales de nuestras comunidades y detonan como bombarderos los valores fundamentales que nos unen como comunidad: la solidaridad, la fraternidad, la misericordia, la caridad”.

“Porque no sólo son pilares de nuestra espiritualidad, sino la base de la construcción de un tejido social que nos entrelaza y sostiene como grupos sociales. En el estado actual, creemos, el problema ya no se resuelve con trabajo y vivienda porque no existe la red de apoyo de la comunidad organizada y se vive en el desesperado ‘sálvese quien pueda’”.

Señalan que “en estos años pudimos ver una sociedad y un Estado cada vez más fragmentados en sus respuestas. Esto permite sospechar que no se comprende la complejidad y gravedad constitutiva del problema. Advertimos además que, lo que hasta el 2019 era sostenido de un hilo, hoy explotó en nuestros pueblos ante la crisis 2020/2021 y actualmente la situación social es desesperante”.

“Por nuestra experiencia en barrios populares vemos que es urgente tomar conciencia de que las drogas y las adicciones son una herida sangrante de nuestro pueblo”, afirman.

Y dicen que les preocupa “cuando los medios de comunicación, las redes sociales, la política, y la sociedad hablan del dólar, el gasto público, las especulaciones electorales y otros temas diversos, mientras ignoran esta problemática que mata de la peor de las maneras a nuestros hermanos y hermanas de toda América Latina”.

“Deseamos que en cada barrio popular de nuestra América se vivan “las 3 C”: Capilla, Club y Colegio, y volcamos nuestro aporte y experiencias de hacer familia, de hacer comunidad. Estamos convencidos de que ese es nuestro gran diferencial y fortaleza”, consideran.

Para leer nota original: https://www.clarin.com/sociedad/iglesia-denuncia-crecimiento-consumo-drogas-pandemia_0_XmJO7Jz6O.html

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La otra pandemia: los curas villeros piden relanzar el combate contra la droga

Llaman a devolver impulso a la batalla contra este otro virus, “obstáculo para el desarrollo integral”. “Notamos con perplejidad cómo se impregna lo social con un inmanente sentido de aceptación e inocuidad” de la marihuana, dicen.

Tuvo algo de profética la cumbre de la Iglesia latinoamericana en Aparecida, Brasil, en la que participó Jorge Bergoglio en 2007, y que muchos consideran que lo proyectó al pontificado. A la droga, a su difusión, al consumo, al drama de la tóxico dependencia, se le reconoció la cualidad fundamental de pandemia, como la que arrasa América Latina en nuestros días.

Una pandemia que, al igual que el Covid, “es como una mancha de aceite que invade todo”, según afirma el punto 422 del documento final elaborado por la comisión que presidía Bergoglio. “No reconoce fronteras, ni geográficas ni humanas. Ataca por igual a países ricos y pobres, a niños, jóvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres”, lo mismo que la pandemia que llegó catorce años después de la histórica conferencia, este flagelo viral del siglo XXI que está arrasando el continente desde México hasta Tierra del Fuego. Y ahora que esa misma Iglesia está dando los primeros pasos de un proceso sinodal continental impulsado por el mismo Bergoglio – que entre tanto fue elegido Papa – y por otro argentino, Jorge Eduardo Lozano, Secretario general del Celam (Consejo Episcopal Lationamericano), resulta oportuno volver a la profecía de Aparecida para proponer un renovado impulso en la lucha contra las toxico dependencias.

La droga es una de las pandemias de América Latina y, tal como la otra, introduce el temido virus en el organismo y provoca “desgarro, desesperación, impotencia o desamparo”. Son las palabras que utiliza el documento “Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano Integral”, preparado con vistas a la 1ª Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe que tendrá lugar entre el 21 y el 28 de noviembre en Ciudad de México. Es una importante oportunidad para retomar y desarrollar las reflexiones de Aparecida sobre las drogas, a partir de una batalla cuerpo a cuerpo a la que no se le puede dar tregua. De eso están convencidos todos aquellos que desde hace tiempo hacen frente en el terreno a esta vieja pandemia, cuyo punto de referencia, en muchos casos, es el movimiento de los Hogares de Cristo de Argentina.

Los Hogares de Cristo nacieron de la experiencia de los curas villeros, los sacerdotes que viven en las villas miseria de Buenos Aires y su periferia. Ellos piden que el tema de la droga y la lucha contra las adicciones tenga la voz que merece en el camino eclesial que el Papa ha puesto en marcha en América Latina, por medio de un CELAM reformulado y reestructurado a la luz de una sinodalidad más marcada.

Para llamar la atención de la próxima Asamblea sobre la problemática de la tóxico dependencia y la recuperación de la misma, estos sacerdotes argentinos han preparado un documento que desde el mismo título se refiere a la droga como “un obstáculo para el desarrollo integral”. Por eso a la pandemia de la droga – las dos palabras vuelven a estar hoy estrechamente relacionadas – hay que “mirarla de frente”, recomienda el documento, y entonces resultará evidente que las adicciones son una herida abierta que requiere una inteligencia cada vez más penetrante de la realidad y esfuerzos aún mayores que los desplegados hasta el momento.

El documento lamenta que durante el largo tiempo de la cuarentena – que todavía no ha terminado en Argentina – muchos jóvenes hayan quedado abandonados “a la intemperie no solo física sino también existencial”, haciendo referencia a que muchas instituciones como los clubes de barrio, los colegios e incluso las capillas siguen cerradas en este prolongado confinamiento. El documento también señala los peligros de otro frente, el de la liberalización de la marihuana, que se está imponiendo en casi todo el continente, paradójicamente favorecido por la pandemia.

“Notamos con perplejidad cómo se impregna lo social con un inmanente sentido de aceptación e inocuidad acerca del “cannabis”, su despenalización y sus usos» dicen los autores del documento, para afirmar después la necesidad de «no minimizar los riesgos de su uso problemático que nada tiene de saludable”. Otro punto doloroso es el de la post-pandemia con “el aumento del HIV, la tuberculosis y otras enfermedades asociadas al consumo de paco y otras drogas, dado que se observan en aumento y sin controles ni atención terapéutica, y resulta evidente que las consecuencias afectarán a nuestra sociedad en su conjunto”.

La pandemia pasará con su estela de muertos, parecen decir los sacerdotes argentinos en su aporte al camino sinodal, pero la droga queda. La droga es más longeva que el coronavirus y más letal. Por eso la Iglesia latinoamericana debe mirar con atención hacia adelante. «Deseamos que en cada barrio popular de nuestra América se vivan “las 3 C”», una fórmula que abarca capillas, clubes y colegios, los lugares característicos del paisaje de los barrios populares y las villas de Argentina donde transcurre la vida de los jóvenes y la intervención preventiva resulta más eficaz.

Para ver nota original: https://www.infobae.com/opinion/2021/06/24/la-otra-pandemia-los-curas-villeros-piden-relanzar-el-combate-contra-la-droga/

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Drogas y adicciones: Alertan sobre la gravedad de esta pandemia silenciada

La Iglesia se pregunta qué “silencios cómplices” agravaron la pandemia de las drogas y las adicciones en tiempos de Covid-19, al presentar un documento sobre esta problemática.

La Familia Grande Hogar de Cristo, Cáritas Argentina y la Pastoral Nacional sobre Adicciones y Drogadependencia se preguntaron qué “silencios cómplices” contribuyeron a que drogas y adicciones sean hoy “la otra pandemia silenciada”, y lamentaron que 14 años después del Documento de Aparecida se siga sin dimensionar la gravedad del problema que el episcopado latinoamericano advirtió en 2007. En ese marco, llamaron a la dirigencia política y a la sociedad toda a poner la mirada en esta otra pandemia, porque aquí también “está en juego la vida”.

Referentes del sector hicieron esta reflexión durante la presentación del documento “Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano Integral” que se hizo hoy vía “streaming” a través de los canales de YouTube de la Familia Grande Hogar de Cristo y  del Consejo Episcopal Latinoamericano (CelamTV).

En el comienzo del encuentro, y luego de rezar por los jóvenes víctimas de las drogas, se hizo presente monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), que con un video animó a “recibir la vida como viene” y ver a Cristo en nuestros hermanos, servir, acompañar y estar. 

La presentación estuvo a cargo de Romina Santomingo, acompañante Hogar Madre de Lourdes, Familia Grande Hogares de Cristo; María Elena Acosta, referente nacional de Hogares de Cristo; Beatriz Ballario, responsable del área Abordaje Pastoral y Comunitario de las Adicciones de Cáritas Argentina; el presbítero José María Di Paola, coordinador de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia y presidente de la Federación de Hogares de Cristo; y el presbítero Guillermo Torre, párroco de Cristo Obrero en el barrio porteño Padre Mugica.

La actividad contó con la presencia del obispo de Merlo-Moreno y delegado episcopal para la Pastoral de Adicciones, monseñor Fernando Carlos Maletti, que se unió a la transmisión por Zoom.

La presentación se enmarcó en el Día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas establecido por la Organización de las Naciones Unidas en 1987 para el 26 de junio de cada año.

Reflexiones a la luz del Documento de Aparecida
Los expositores destacaron la importancia de estas reflexiones sobre las adicciones en el camino de la Asamblea Eclesial a la que está invitando el Celam y tomando la mirada que ya en 2007 marcó la V Conferencia de los episcopados latinoamericanos en Aparecida, Brasil.

“El problema de la droga es como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras, ni geográficas ni humanas. Ataca por igual a países ricos y pobres, a niños, jóvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres. La Iglesia no puede permanecer indiferente ante este flagelo que está destruyendo a la humanidad, especialmente a las nuevas generaciones. Su labor se dirige especialmente en tres direcciones: prevención, acompañamiento y sostén de las políticas gubernamentales para reprimir esta pandemia”, citaron.

“Francamente nos sentimos interpelados por esta declaración en la que se utiliza el término ‘pandemia’ en relación con la droga y las adicciones porque, en este presente de COVID-19, es cuando comprendemos la verdadera dimensión de esa palabra”, afirman en el texto del documento, y se preguntan “qué silencios cómplices habrán logrado que, 14 años después de aquel claro alerta de los obispos, siga siendo esta ‘la otra pandemia’, silenciada, la que lastima a nuestros pueblos y se constituye como un terrible obstáculo para el logro del Desarrollo Humano Integral. Especialmente de los más pequeños, los más pobres, en quienes reconocemos una valía que tienen para desplegar y que constituye un don para toda la sociedad”.

La Familia Grande Hogar de Cristo, Cáritas Argentina y la Pastoral Nacional sobre Adicciones y Drogadependencia fundamentan sus reflexiones “en el cotidiano encuentro con este dolor que asoma, en primer lugar, cada vez que llegamos a una comunidad”.

Tras afirmar que “es allí donde encontramos relatos de desgarro, desesperación, impotencia o vivencia de desamparo”, alzan fuerte su voz “para repetir las palabras de Aparecida y llamar la atención sobre el agravamiento de la pandemia de las drogas y las adicciones en tiempos de COVID-19”. 

Propuestas
Los agentes pastorales comprometidos en este tema hacen un llamado amplio y vigoroso al pueblo en el marco de la 1ª Asamblea Eclesial que convoca el Celam (Consejo Episcopal Latinoamericano) e invitan a “involucrarse a todos los sectores e instituciones de la comunidad organizada: sindicatos, clubes, empresas, parroquias, movimientos sociales, escuelas, universidades, cuerpos legislativos, organizaciones del Estado y de la sociedad civil, partidos políticos, iglesias, mutuales, colegios profesionales y todos los colectivos que tomen conciencia de esta “otra pandemia”, para mirarla de frente.

“Proponemos que, juntos, enfrentando cada rostro humano y escuchando su dolor, usemos los datos, los saberes y los recursos desde la misericordia para planear una propuesta concreta y extensiva que nos permita hacer frente a este ‘monstruo grande que pisa fuerte’”, subrayan, y manifiestan: “Deseamos que en cada barrio popular de nuestra América se vivan ‘las 3 C’: Capilla, Club y Colegio, y volcamos nuestro aporte y experiencias de hacer familia, de hacer comunidad. Estamos convencidos de que ese es nuestro gran diferencial y fortaleza”.

Puntualmente, alientan a que “en cada barrio popular de nuestra América haya un Centro Barrial que ‘reciba la vida como viene’ y que su modo de trabajo sea un ‘cuerpo a cuerpo’ como nos decía el cardenal (Jorge) Bergoglio (hoy papa Francisco) en la inauguración del primer Hogar de Cristo”.

“Está en juego la vida de la gente”
Finalizada la presentación, se abrió una ronda de preguntas, que fueron respondidas por el presbítero Di Paola.

En sus declaraciones, consideró que “lo más importante es poder realizar la comunidad organizada en cada uno de los barrios”. En ese sentido, reconoció: “Podemos avanzar en muchas áreas, pero los próximos pasos tienen que ser el fortalecimiento de la capilla, el club, el colegio, que estén en el corazón del mismo barrio. Que dentro del mismo barrio se pueda organizar la vida comunitaria a través de la presencia de instituciones sólidas que puedan dar respaldo a chicos y chicas que tengan el problema de las drogas”.

Respecto a la posibilidad de combatir el narcotráfico, el sacerdote consideró importante tener en cuenta que hay un poder muy grande en el narcotráfico, pero que la tarea de la Iglesia es trabajar en la prevención y la recuperación. “Es la tarea que están asumiendo desde las parroquias populares, el Hogar de Cristo y los centros barriales”, afirmó.

En cuanto al aumento del consumo durante la pandemia, el presbítero Di Paola consideró que el cierre de todo ha provocado que muchos adolescentes y preadolescentes hayan perdido sus puntos de contacto con referentes positivos: la capilla, el club, el colegio y otras organizaciones. “En los barrios donde se pone más picante por la droga o la violencia, no quedaron cerrados los lugares que ofrecen experiencias negativas para la vida, entonces muchos jóvenes han caído en esas situaciones. Por eso es importante que los centros barriales nunca hayan cerrado, se hayan adaptado a los protocolos, porque el camino es estar presentes y ligados a los jóvenes en situaciones complicadas. Muchos también en la situación social más compleja, se quedaron sin nada y han caído o recaído en la adicción”, reconoció.

Consultado sobre la responsabilidad política sobre las adicciones, expresó: “Desde hace mucho tiempo venimos alertando sobre este tema, hablamos ya de décadas, desde los primeros documentos, pero generalmente cuando el tema ocupa un lugar importante es por alguna desgracia. Queremos que en la sociedad se ponga en primer lugar el tema de esta pandemia, que muchas veces se disfraza y queda detrás de otros temas. A la gente le importa mucho menos”. 

“Si uno va a un barrio popular va a encontrar una madre buscando un lugar para internar a su hijo, para hacer un tratamiento, o un pibe que cayó en la violencia. Es necesario que toda la política ponga su mirada en esta otra pandemia, sea del partido político que sea, porque acá está en juego la vida de la gente, y lo señalamos desde este lugar tan significativo para nosotros, la parroquia fundada por nuestro mártir, el padre Carlos Mugica”.

Más información www.hogardecristo.org.ar.+

Para leer nota original: https://aica.org/noticia-drogas-y-adicciones-alertan-sobre-la-gravedad-de-esta-pandemia-silenciada

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Las adicciones obstaculizan el desarrollo humano en los barrios más pobres, asegura la Iglesia

Las drogas y las adicciones son consideradas un obstáculo para el desarrollo humano integral que afecta a toda la sociedad pero especialmente a las comunidades más pobres y excluidas, aseguraron curas villeros y miembros de Familia Grande Hogar de Cristo (FGHC) y Cáritas durante la presentación del documento “Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano Integral. La otra pandemia”.

La actividad se realizó en el marco del día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas que se conmemora cada 26 de junio.

Durante una conferencia virtual, en el marco de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, personalidades de la iglesia católica llamaron a accionar de manera integral frente a esta problemática, que es “una barrera importante para el desarrollo con dignidad de las personas y comunidades”.

En el documento presentado se estudió cómo impactan la droga y la adicción, “uno de los dolores más grandes de nuestra Patria Grande”, en la vida de las personas en contexto de exclusión.

El informe es el “fruto de la experiencia en los barrios más marginados, con los descartados de la sociedad”, a partir del cual se reaviva el compromiso y las propuestas pastorales al respecto.

Para ello se relevó a más de 300 personas de 21 centros barriales que son parte de la FGHC, considerando como ejes principales a la residencia, la justicia y la salud, detallaron.

En el estudio, hallaron que el 20% de las personas “se encontraba en condiciones habitacionales precarias antes de consumir” y una vez en consumo, el número subió al 47%, de los cuales “la mitad terminó en situación de calle”.

Además, relevaron que el 50% tenía “problemas con la justicia antes de iniciado el consumo”, número que aumentó al 80% después, del cual “más de la mitad estuvo alguna vez privado de su libertad”.

Por último, en relación a la salud, afirmaron que el consumo “duplica y hasta triplica la adquisición de HIV y tuberculosis”, las lesiones “crecen un 140% y los traumatismos y amputaciones un 160%”, evidenciando la necesidad de “una atención especialmente adaptada”.

En este sentido, los centros barriales de la FGHC suponen una “respuesta integral”, que busca “poner el eje en la persona y sus cualidades” y en el acompañamiento comunitario, entendiendo que “el consumo profundiza la desigualdad y la exclusión”.

El sacerdote José María “Pepe” Di Paola, coordinador de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia y presidente de la FGHC, afirmó que “un barrio puede tener asfalto y vivienda, pero si no tiene una comunidad organizada le falta lo más importante”.

Además, enfatizó la necesidad de que “en cada barrio popular de nuestra América haya un centro barrial” y que se trabaje en “las 3 C”, es decir, capilla, club y colegio, como red de prevención y contención.

Al respecto, el monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina) y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), aseguró que estos espacios “no tienen condiciones previas” sino que reciben a las personas “así como están” y que la Iglesia está “para servir y acompañar”.

Por su parte, Guillermo “Willy” Torre, párroco de Cristo Obrero en el Barrio Mugica de la Ciudad de Buenos Aires, expresó que “la solidaridad, la fraternidad, la misericordia y la caridad son la base de la construcción de un tejido social que nos entrelace”, que hacen frente al “sálvese quien pueda”.

También participaron de la conferencia virtual Romina Santomingo y María Elena Acosta de FGHC y Beatriz Ballario de Cáritas. (Télam).

Para leer nota roiginal: https://www.grupolaprovincia.com/sociedad/las-adicciones-obstaculizan-el-desarrollo-humano-en-los-barrios-mas-pobres-asegura-la-iglesia-742151

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La Iglesia denunció que hay una “pandemia silenciada” por el avance de la droga y las adicciones

Advirtió en un documento que el flagelo se agravó en el último año y medio, en una sociedad “cada vez más fragmentada” y en una situación social “desesperante”

En un país cada vez más fragmentado y en una situación social que describió como “desesperamte”, la Iglesia denunció el “agravamiento de la pandemia de las drogas y las adicciones” en el año y medio que lleva la emergencia del coronavirus. 

El dramático escenario social está graficado en el documento “Drogas y adicciones: un obstáculo para el desarrollo humano integral”, presentado por la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, que coordina el padre José María Di Paola -conocido como el Padre Pepe-, junto con Cáritas Argentina y la Familia Grande Hogar de Cristo, que reúne a los centros barriales que buscan dar respuestas a situaciones extremas de vulnerabilidad.

“¿Qué silencios cómplices contribuyeron a que las drogas y las adicciones sean hoy la otra pandemia silenciada?”, se preguntaron los representantes y organizaciones de la Iglesia al presentar el documento.

Al reclamar un abordaje integral del problema, el padre Pepe advirtió que “hay una necesidad de que toda la política en la Argentina y en América Latina miren este tema”.

Hubo, además, críticas, a las medidas tomadas para enfrentar la pandemia. “Con las restricciones de todo orden generadas por la pandemia de Covid-19 y las medidas políticas que se implementaron para abordarla, quedaron huérfanos nuestros barrios”, advirtieron las voces de la Iglesia en la declaración presentada por Zoom.

Esta mirada de la Iglesia, basada más en un análisis cualitativo que cuantitativo, se suma al reciente informe presentado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), que evaluó el impacto de la pandemia y concluyó que solo el 29,8% de los chicos tuvo acceso el año pasado a clases remotas por plataformas virtuales. En el sector bajo marginal, esa proporción fue apenas del 11,3 por ciento.

“Por sobre todo –añade el informe del Padre Pepe-, nos desvelamos por los muchos jóvenes que se encuentran sin espacios de contención, ni referentes del mundo adulto o pares con los que interactuar en los clubes, las escuelas e incluso la mayoría de nuestras Capillas que quedaron cerradas. Con alarma comprobamos que se encuentran a la intemperie no solo física sino también existencial.”

También se advirtió en el documento que “en el estado actual, el problema ya no se resuelve con trabajo y vivienda porque no existe la red de apoyo de la comunidad organizada y se vive en el desesperado “sálvese quien pueda”.

Acompañaron al padre Pepe, el sacerdote Guillermo Torre, párroco de Cristo Obrero, del barrio Mugica; Beatriz Ballario , responsable del área de Abordaje Pastoral y Comunitario de las Adicciones de Cáritas; Romina Santomingo , acompañante del Hogar Madre de Lourdes, y María Elena Acosta, referente nacional de Hogares de Cristo. Participó del Zoom el obispo de la diócesis de Merlo-Moreno, Fernando Maletti.

También sumó su adhesión, a través de un video, el arzobispo de San Juan y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), monseñor Jorge Lozano, quien animó a “recibir la vida como viene”.

El drama de la calle

Los referentes de la Iglesia llamaron a visibilizar la creciente cantidad de personas en situación de calle, cuyos derechos son vulnerados. “La calle no es un lugar para vivir, ni morir. No hay tiempos de espera, no se pueden dilatar más las respuestas”, urgieron.

“En estos años pudimos ver una Sociedad y un Estado cada vez más fragmentados en sus respuestas. Esto permite sospechar que no se comprende la complejidad y gravedad constitutiva del problema. Advertimos además que, lo que hasta el 2019 era sostenido de un hilo, hoy explotó en nuestros pueblos ante la crisis 2020/2021 y actualmente la situación social es desesperante”, dijo el padre Pepe al presentar el documento.

Entre otros efectos causados por la pandemia y a la luz de una especial preocupación expresada con frecuencia por el papa Francisco, el documento de la Iglesia advierte sobre el impacto en la población carcelaria. Sostiene que “la crisis del Covid-19 ha degradado las condiciones de vida de las personas detenidas hasta límites infrahumanos, en penales colmados y comisarías hacinadas, en las que pasan meses detenidos soportando indecibles violaciones a los derechos humanos”.TOMAN LA FÁBRICA DE HELADOS PERSICCO POR UNA DEUDA SALARIAL

Y revela que, si bien en la Argentina no hay estadísticas oficiales, algunos indicadores señalan que el 80% de las personas privadas de la libertad presenta problemas de salud mental y adicciones, sin recibir las atenciones correspondientes.

En ese escenario, constituye para la Iglesia una fuerte preocupación la etapa posterior a la emergencia del Covid-19. “Nos inquieta la pospandemia y el aumento del HIV, la tuberculosis y otras enfermedades asociadas al consumo de paco y otras drogas dado que no hay controles ni respuesta terapéutica y claro es que las consecuencias afectarán a nuestra sociedad en su conjunto”, se advierte en el documento.

Para leer Nota original: https://www.lanacion.com.ar/politica/la-iglesia-denuncio-que-hay-una-pandemia-silenciada-por-el-avance-de-la-droga-y-las-adicciones-nid24062021/

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