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La cárcel como pesebre ~ Preparándonos para la Navidad

Dios se sirvió de lo más excluido y pecador para cumplir su plan divino. Eligió hacerse pobre y nacer en un lugar donde ningún ser humano podía hacerlo: un establo donde los animales dormían en las frías noches de Palestina.

Hoy, como hace más de 2000 años, Él se sigue valiendo de los débiles para llegar al corazón de todos sus hijos e hijas, y sigue naciendo entre las personas que más necesitan. En esta Navidad Dios se hará hombre en nuestra gran familia del Hogar de Cristo. Granjas, casitas amigables, hospitales, cárceles e institutos serán pesebres que recibirán la buena noticia de salvación: nacerá el Mesías, el Señor. Y como en aquellos tiempos elegirá también el rincón oscuro y sufriente de nuestros hermanos y hermanas privadas de libertad. Allí donde las condiciones de vida son indignas, donde miles de personas sobreviven sin salud, con mala alimentación, hacinadas, en un contexto de violencia y desamor, el pequeño judío, hijo de María de Nazaret se hace presente una vez más. Cada 25 de diciembre nuestro Cristo nace y se humaniza en los presos para hacer una cárcel diferente y liberadora.

 Los que acompañamos a estos hermanos vivimos esta experiencia de riqueza y libertad como un privilegio que el Señor nos otorgó para crecer en el amor.

Compartimos, a modo de balance y como regalo navideño, lo que Jesús nos dio como equipo de visitas a cárceles de hombres y mujeres.

Los encuentros con estos hermanos y hermanas nos recuerdan el verdadero valor de las pequeñas cosas: estar con los hijos, reunirnos con los que queremos alrededor de una mesa sencilla, ser mirados y abrazados, rezar tomados de la mano o simplemente haciendo silencio y dejando que Jesús nos hable.

Experimentamos la gran importancia que tiene regalar amor, presencia, no solamente en esta fecha sino también cada día de sus vidas. Empezamos aceptándolos con sus historias y sus caídas, recibiendo esas vidas como se presentan, tratando de ensanchar los límites de ese amor con el que no nos cae bien, con el que piensa y vive otra escala de valores, con el que actúa agresivamente o con desconfianza, con el portador de una larga condena, con el que tiene permanentes demandas o es el poseedor de una oscura causa. Poco a poco va naciendo el milagro de empezar a amar más y mejor. 

Aprendimos a no juzgarlos, a no dar a nadie por perdido. A descubrir en cada hombre o mujer privado de libertad, un amigo, un ser humano que siente y quiere lo mismo que nosotros: ser feliz, amar y ser amado.

Ellos nos enseñan y nos ofrecen sus riquezas, aun cuando hayan tomado caminos equivocados. Sus historias nos revelan que alguien los espera, los acompaña, los consuela. Que hay hijos que no conocen o han perdido desde que ingresaron tras las rejas. Que hay pérdidas que produjeron heridas profundas y duraderas.

Conocimos la fortaleza física y anímica de los que lucharon contra la enfermedad y contra la misma muerte. Nos mostraron la templanza frente a la pérdida de sus seres queridos sin haber podido estar a su lado y despedirse.

Nos mostraron el valor de la felicidad: “Soy feliz aun estando en prisión, la cárcel es sólo una circunstancia en mi vida que pasará y dejará su huella”

Aprendimos a apreciar el valor del tiempo  y de la paciencia, a respetar las esperas y los proyectos o la falta de ellos. Vimos en muchos casos como la reja no separa, pues intentan seguir siendo familia, continuar educando, haciendo las tareas con los niños, jugando y anhelando cruzar los barrotes con el deseo de recuperar el tiempo perdido. Es inevitable evocar  a la familia de Nazaret en estas circunstancias. También como ella, perseguida, maltratada y con limitadas posibilidades de sentirse segura, estos grupos familiares luchan por mantener los vínculos reconociendo el sentido de vida  que les da el estar juntos y amarse. Cada Familia con su historia ilumina decisiones, caminos a seguir, procesos a acompañar. 

Que en el día en que Dios se hizo hombre, en nuestra Argentina fracturada y herida, podamos sentirnos hijos de un mismo Padre, compartiendo vida con los más desamparados e involucrándonos con sus tristezas y alegrías. Recibiremos sin dudas regalos que cambiarán nuestra mirada sobre los otros. Como equipo de Casa Libertad les deseamos una Feliz Navidad rogando para que cada cárcel sea un pesebre.

Por: Estela Bereau de Maggi, voluntaria hace 12 años en la FGHC

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“Estar a la altura de las exigencias que nos impone la realidad”

Varias organizaciones sociales de la Iglesia participaron de un encuentro enmarcado en la 3° Jornada Mundial de los Pobres, para elaborar dispositivos que permitan atender la cruda realidad de miles de bahienses.

Con la participación de organizaciones sociales, barriales y movimientos eclesiásticos, se realizó en el aula magna del Instituto Superior Juan 23 el encuentro “Sembrar signos tangibles de esperanza”. El objetivo fue trabajar en el diseño de redes y entramados que permitan superar las situaciones de exclusión y privación que atraviesan millones de argentinos y miles de bahienses.

La actividad se enmarcó en la 3° Jornada Mundial de los Pobres convocada por el Papa Francisco, y contó con la presencia de integrantes de la Acción Católica Argentina, Calle Belén, JUPIC, Hogar de Cristo, el Instituto Juan 23 y la Universidad Salesiana.

Los ejes centrales sobre los que se reflexionó en el encuentro fueron el trabajo, la alimentación y la educación. Entre las reflexiones finales cabe destacar la necesidad de trabajar en la conformación de equipos que permitan “vincular fuerzas para alcanzar una unidad de realización, superando el individualismo y las iniciativas individuales y así poder estar a la altura de las exigencias que hoy nos impone la realidad y la tarea que tenemos por delante”.

La 3° Jornada Mundial por los Pobres se concretó a nivel mundial el 18 de noviembre de 2019 -33 domingo del Tiempo Ordinario, para la Iglesia Católica- con la finalidad de “estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro”. Al mismo tiempo, “la invitación estuvo dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad”, se indicó desde el Vaticano en la convocatoria.

 

Para ver Nota Original: https://www.unisal.edu.ar/estar-a-la-altura-de-las-exigencias-que-nos-impone-la-realidad/

 

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Por el hogar de Cristo pasaron en dos meses 200 personas afectadas por las adicciones

Muestra de una demanda urgente desatendida, que asiste el centro barrial. “El consumo está creciendo enormemente”, dijo el cura Madrid Páez.

 

Frente a un vacío de dispositivos y de políticas públicas para atender el flagelo de las adicciones, particularmente de las drogas, se gestó en febrero del año pasado el hogar de Cristo de Paraná. Ubicado en jurisdicción de la capilla de Nuestra Señora de Lourdes, nació para brindar contención y acompañamiento para los jóvenes con derechos vulnerados de los espacios barriales cercanos.

En la capital provincial, la ausencia de acción e inversión en la materia es tan dramática como el incremento de la problemática. Con la obra de un Centro de Prevención de Adicciones abandonada hace cuatro años en Anacleto Medina, hay unos pocos lugares para recibir, contener y ayudar en la recuperación de adictos: Fundación Lázaro, en la zona este, también a cargo de la Iglesia Católica, o el Centro Huellas, del gobierno provincial.

“La atención de las adicciones debe ser una urgencia, y hay que priorizar. Muchas veces coincidimos fuertemente en el discurso y la mirada, pero a la hora de llegar a la aplicación, que termina siendo presupuesto y decisión política, ahí no hay recursos ni posibilidades. Entonces, es una cuestión de prioridades que se descubra como política fundamental, necesaria. Así como uno no puede decir ‘no tengo recursos para pagar los sueldos docentes’, que es una necesidad clave en el pueblo y la educación. En la situación que nos encontramos es una necesidad clave y urgente generar algunos dispositivos y propuestas para enfrentar esta situación, que la población está necesitando urgentemente, y sino para el Estado va a ser mucho más difícil. El Estado y la sociedad tienen que entender que si no hacemos ahora, todo nos saldrá mucho más caro”, dijo a UNO el padre Esteban Madrid Páez, a cargo del centro que conforma una red de más de 130 existentes en el país. El hogar es una fundación conformada por centros barriales, que tiene como finalidad dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y/o consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades.

Solo en los últimos dos meses pasaron por el centro unas 200 personas, la mayoría jóvenes.

“El centro es un hogar de familia, puede ir una persona mayor, o una pareja con su hijito. El lema es ‘recibir la vida como viene’. En los últimos dos meses pasaron por el centro unas 200 personas. La problemática de las adicciones es muy grande, y ello sin salir al campo, sino simplemente moviéndonos y acompañando a las personas que transmiten su experiencia boca a boca”, consignó el cura, que es acompañado por voluntarios y profesionales.

“El consumo de drogas está creciendo enormemente. El alcohol está desde hace muchos años, y sin dudas que la falta de educación en el buen consumo fue como la preparación. Lo que tienen hoy en día las drogas es que acentúan mucho más la complejidad. Es un círculo porque a su vez las situaciones de vulnerabilidad que ya existen hacen mucho más complejo el consumo: no es lo mismo el consumo de un chico de clase media y alta, que de los barrios más vulnerables, porque se vuelve un cóctel más duro con la violencia, la falta de horizonte, oportunidades”, opinó. En ese sentido, hizo notar que se advierte “la banda de exclusión” de la ciudad: “Uno va caminando con los chicos y sentís claramente que a ellos no los queremos hacer pertenecer a la sociedad, el trato con el resto de la población, con las fuerzas de seguridad, está todo disgregado, desintegrado. En esas situaciones y barrios se está metiendo con mucha fuerza la droga y eso es un caldo cultivo para una desintegración de las familias”.

Pese a la falta de dispositivos y la desatención desde los distintos niveles del Estado a la problemática, hay muchos que quieren recuperarse de esta adicción.

El hogar funciona los días lunes, miércoles y viernes de 11 a 17. Se trata de un espacio y “tiempo de familia”: “Las personas que asistimos buscamos generar vínculos de familia, trabajo, cocinar, hacer propuestas de formación con talleres, incluso funcionó una escuela primaria para adultos. Los voluntarios son personas dispuestas y con ganas de compartir y hacer camino; pueden tener conocimientos de algún taller, y sino alcanza con la capacidad de escucha y de acompañamiento”.

Justamente respecto de los voluntarios, Madrid Páez contó que “ha sido una alegría encontrar una cantidad de gente que puede empezar a querer y acompañar, desde un lugar que es muy familiar. Uno siempre tiende a ver lo que falta. Pero el hogar es un quiebre de nuestras concepciones, y de sentarnos todos en una misma mesa, con las personas que están quebradas por el flagelo de la droga, violencia, con problemas con la Justicia.

La experiencia es barrial, pero empieza a generar vida más allá. Dijo que hay otras parroquias de la ciudad interesadas en abrir otros dispositivos para jóvenes en esta situación. De hecho, se está haciendo una experiencia en la parroquia de Diamante. “Nuestra idea no es que el hogar de Cristo sea un centro gigante, sino que empiece a replicarse”, aportó. En la provincia, el primero de estos centros se creó en Gualeguaychú, y después de Paraná, también hay otros en Gualeguaychú y en Concepción del Uruguay.

Sobre las expectativas y sentimientos de quienes llegan al centro con el desafío y ánimo de recuperarse y superarse, dijo: “El mensaje central es que cada persona es singular e irrepetible, y es amada por Dios infinitamente. Esto es lo más potente que tenemos y de ahí brota todo el resto de las acciones. En Jesús encontramos la clave de esperanza, que hay redención para todos, y se puede salir de un pozo o oscuridad. Eso, que es núcleo de la fe, genera un montón de movimiento, porque llega el psicólogo y ve esta lógica, que hay que hacer un abordaje más social y darle un horizonte a la persona. O el tallerista, que tiene que creer que la persona puede más. Entonces las personas se acercan con la alegría de dar estos pasos, de querer salir, de ser familia. Hay una gran necesidad de la familia, que es donde vos experimentás que valés”.

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Reconocimiento a la Familia Grande Hogar de Cristo por DAIA

El padre Pepe Di Paola asistió a la última edición de los Premios DAIA en representación de la Familia Grande Hogar de Cristo, quienes fueron reconocidos en la categoría “Derechos Humanos”. El sacerdote recordó que el Hogar de Cristo “nació en la Villa 21, hace trece años, a partir de la realidad de los barrios más marginados , donde veíamos el sufrimiento de los jóvenes y lo chicos, sobre todo atravesados por las adicciones”.

La Familia Grande Hogar de Cristo es una federación que agrupa a los Centros Barriales que tienen como finalidad dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades.

Tienen como objetivo sistematizar, investigar, trasmitir y velar por la metodología de criterios y colaborar en el desarrollo de comunidades comprometidas con el sufrimiento social. Trabajan por una cultura del encuentro y de protagonismo comunitario, promueven valores cristianos, capacitan y sensibilizan a través de su Escuela de Formación, realizan actividades de extensión e investigación.

 

Ver Nota original: http://www.daia.org.ar/2019/12/12/hogar-de-cristo/

 

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Portadores de una Promesa ~ Preparándonos para la Navidad

En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (Lc 1, 26-38)

Navidad es celebrar juntos acompañados y acompañantes. Somos una familia pequeña, herida y frágil que lleva en su corazón una gran promesa: El gran abrazo de Dios para todos y especialmente para los más rotos. Por eso nos llamamos Familia Grande, porque es grande el abrazo de Dios para la humanidad más rota y herida. ¡Se puede! ¡Nada es imposible para Dios! Hemos hecho la experiencia del Reino que brota desde los márgenes, desde lo pequeño y desde lo frágil y nosotros somos protagonistas de ese Reino… Nosotros también hemos escuchado la voz del ángel que nos dice: alégrate porque serás portador de una gran promesa. Hemos pasado también por muchos sentimientos: confusión, miedo, vergüenza, enojo e impotencia. Pero luego del diálogo con Dios hemos experimentado alegría y mucha fuerza para salir a compartir lo que hemos oído, visto y recibido de parte de Dios. Cuando compartimos estas cosas con nuestros equipos nos reímos mucho. Decimos que es la pastoral del fracaso; pero abrazados por Jesús y abrazados entre nosotros nos convertimos en portadores de una promesa, en profetas de la esperanza ya que podemos oír las pisadas de Dios, ver los pequeños signos del Reino que crece y afirmar que los últimos, o sea, los más rotos serán los primeros en entrar en el Reino.

Donde se levanta un Hogar para Jesús, allí está celebrándose la Navidad. En los márgenes, en lo pequeño, en lo frágil. En los márgenes se construye el Pesebre. Y el Pesebre se convertirá en el centro de la salvación, en el centro de una humanidad nueva que comienza a ser redimida. Allí nacerá un Niño Pequeño que traerá un abrazo grande de contención y salvación para todos, porque grande es la necesidad de éste mundo, pero más grande es el abrazo de Dios. Y muy frágil es la propuesta de salvación por el camino del barro humano, pero que se convertirá en fortaleza. De pesebre en casa construída sobre roca, que ni las lluvias de la enfermedad y la tristeza, ni los torrentes de la droga, ni los vientos de la violencia podrán tumbar. Crecemos despacio y con paciencia. Tenemos que esperar, pero mientras esperamos oímos, vemos y caminamos. Aprendemos y enseñamos una pedagogía desde los márgenes,una pedagogía de los gestos pequeños y una pedagogía de la ternura para trabajar lo frágil. Dios junto con los pibes y nosotros nos acompañará desde los márgenes al centro de su corazón y de la verdadera vida humana, nos contendrá con un abrazo grande que contiene a todos y nos sostendrá en nuestra fragilidad para experimentar la fuerza de la vida nueva de los hijos de Dios.

 

Por: Michael Belmont – Referente de los Hogares de Cristo de Patagonia.

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Irreversible decisión de estar cerca nuestro ~ Preparándonos para la Navidad

Creo sinceramente que celebrar la Navidad es abrirnos al misterio de una decisión de Dios.

Dios tomó la irreversible decisión de estar cerca nuestro. En la fragilidad de aquel bebé Jesús el Buen Dios siembre toda la potencia de la Vida, que a ritmo de crecimiento humano va dando pasos y frutos de un amor y un estilo de convivencia que llenan de sentido y serena alegría la vida de los que más sufren.

Ninguna experiencia humana (desde la más bella a las más trágica y absurda que podamos imaginar) queda abandonada a la soledad individualista de quien ha perdido todos los vínculos o la capacidad de vincularse auténticamente con los demás.

Dios decidió estar cerca nuestro habitando entrañablemente nuestra historia cotidiana, tan llena de rutinas y vaivenes.

Dios decidió estar cerca nuestro, latiendo casi imperceptiblemente en la pequeñez de los que vivimos cada día.

Dios decidió permanecer cerca nuestro diariamente,  abrazando nuestra historia desde el milagro del nacimiento hasta la desgarradora hora de la muerte.

Dios decidió estar cerca nuestro en los gestos de Jesús, para susurrarnos la Esperanza y la Fuerza que nos despierta un vínculo amoroso que nada un nadie pueden romper o hacer desaparecer.

Dios decidió estar con nosotros, en notros, así como somos.

Dios decidió estar cerca nuestro para acompañar nuestros pasos y ofrecernos un rumbo y un estilo de vida más humano y pleno de sentido.

Hay cercanías que pueden ser interesadas, manipuladoras, sospechosas y hasta abusivas. La de Dios, es una cercanía viviente que nos contagia vida hecha de ternura, vida hecha de consuelo, vida hecha de esperanza, vida hecha de encuentro.

El Maestro te conceda percibir en tu Fe diaria, SU cercanía.

 

Por: Andrés Itoiz – Coordinador Granja Madre Teresa -Gral. Rodríguez, Provincia de Buenos Aires

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Jesús Niño, un espacio para los hijos de padres y madres en consumo problemático

Hace un año nacía el dispositivo de contención que forma parte del Hogar de Cristo, en el barrio La Cuchilla. “Hay papás que nos dicen que nunca habían jugado con sus hijos”, contó la coordinadora del lugar al que asisten entre 15 y 25 menores cada día.

“Jesús Niño es un espacio que le da lugar a chicos que están pasando por situaciones graves, difíciles, duras. Los contiene, los abraza, los estimula, los mira, los protege. Eso es lo que hacemos. Y, sobre todo, ponemos en foco el trabajar la revinculación, porque el consumo problemático de sustancias hace que haya una desvinculación importante”, contó Dolores Pons, psicopedagoga y coordinadora del espacio que trabaja con otras cuatro mujeres.

“La modalidad de todo el Hogar de Cristo tiene que ver con el acompañamiento de la unidad familiar. En este sentido, también Jesús Niño tiene la impronta de acompañar la vida, por eso vamos a los cumpleaños, a los bautismos o a velorios”, explicó sobre el dispositivo que nació hace un años.

“Cuando el Hogar de Cristo abrió sus puertas los varones y las mujeres estaban todos juntos. Con el tiempo, se abrió la casa Corazón de María para las mujeres. Y, tantos con unos como con otros, siempre vinieron los hijos. Desde ese momento empezamos a pensar un espacio para los chicos. El espacio responde a varias necesidades. Los niños necesitan una mirada particular, una contención especial, porque también las madres y los padres necesitan poder tener su espacio, como cualquier padre”, ahondó Pons.

El programa, que cuenta con el respaldo de la Senaf, el Copnaf, Cáritas y las donaciones particulares, contempla a 80 niños, quienes si bien no concurren a diario, tienen las puertas abiertas. “Todos los días –de lunes a viernes, de 14 a 17– tenemos entre 15 y 25 chicos, depende del proceso porque el que estén pasando sus padres”.

Integración familiar

“Hace muchos meses, todos los miércoles en Jesús Niño venimos dando un taller que convoca a los padres y se llama Conectando con nuestros hijos. En el que trabajamos la vinculación, la comunicación y las emociones”, remarcó la psicopedagoga.

Muchas veces la dinámica de las actividades dividen a los menores, por un lado, y a los padres y madres, por otro. En otras oportunidades el trabajo vincula en un mismo espacio a todos. “A través del juego nos enfocamos en la revinculación”, contó.

“Hay papás que nos dicen que nunca habían jugado con sus hijos, o que les cuesta mucho, por eso la importancia de estimular esto. La violencia existe, como existe en muchísimas familias, por eso es fundamental educar en el amor. Acá venimos todos los días a jugar, a divertirnos, a cantar, bailar y abrazarnos. Eso es lo que se les enseña a los chicos”, indicó la responsable.

Por otro lado, respecto a los avances en la salud y la reinserción de los adultos en conumo problemático de sustancias, Pons remarcó: “Cuando toda la familia del Hogar de Cristo está presente, más allá de las recaídas y de los momentos malos. Cuando se está acompañando otros momentos, como puede ser un cumpleaños o cualquier evento, es cuando esos padres empiezan a sentirse parte y empiezan a cambiar un montón de aspectos de sus vidas”.

“Una mamá recuperó a sus cinco hijos y hoy está desde un lugar protagónico en la vida de cada uno de ellos. También tenemos el caso de un papá que tiene mellizos, los perdió y los nenes pasaron por un montón de hogares. Hoy volvió a vivir con sus hijos y es referente del Hogar de Cristo Asunción de María”, ejemplificó.

“Cuando no se está adentro parecería que acompañar de esta manera es utópico. Pero desde acá nos damos cuenta que es real, que esta es la forma y que así es como se ven resultados. Obviamente, tenemos muchas situaciones complicadas, idas y vueltas, pero tenemos avances y recuperaciones. Eso es muy gratificante”, concluyó la coordinadora del espacio.

¡Doná tu tiempo y colaborá!

Este verano Jesús Niños abre sus puerta. En este marco, se lanzó la campaña de puertas abiertas e invita a “donar lo mejor de vos y sumarte a un verano diferente”, regalando una hora y media de tu verano haciendo lo que más te gusta hacer en los talleres que se abrirán.

 

Equipo

Además de la coordinadora Dolores Pons, en Jesús Niños trabaja Sheli Godoy (administración), Ivana Molina (acompañante de sala), Sabrina Traba (acompañante terapéutico) y Ernestina Pascual (estudiante de Psicologia).

 

Para ver Nota original: https://www.eldiaonline.com/jesus-nino-un-espacio-los-hijos-depadres-y-madres-consumo-problematico-n1006460

 

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Se firmó un convenio de cooperación con la Federación de Centros Barriales Familia Grande Hogar de Cristo

El acuerdo establece una relación de colaboración institucional entre ambas partes en temas de interés común, con especial énfasis en el conocimiento de derechos y la facilitación del acceso a la justicia, materia en la que ya se viene trabajando junto a ATAJO.

Este martes por la tarde se firmó en la sede central de la Procuración Central de la Nación un convenio de cooperación entre el Ministerio Público Fiscal de la Nación y la Federación de Centros Barriales Familia Grande Hogar de Cristo. Ambas instituciones estuvieron representadas por el procurador general interino, Eduardo Casal, y el padre José María “Pepe” Di Paola, respectivamente. Al encuentro también asistieron, por el MPF, el secretario de Coordinación Institucional Juan Manuel Olima Espel, el titular de la Dirección General de Acceso a la Justicia (ATAJO) Julián Axat y la integrante de esa área Paulina Coto.

El objetivo del convenio es profundizar la relación de colaboración institucional para el desarrollo de proyectos y actividades conjuntas entre ambas partes y en temas de interés común, con especial énfasis en el conocimiento de derechos y la facilitación del acceso a la justicia. El acuerdo también permitirá trabajar sobre derechos reconocidos por la normativa vigente y políticas de prevención de adicciones para todas aquellas personas en situación de vulnerabilidad, que son recibidas y asistidas integralmente en los Centros Barriales que integran la Federación.

Así, se buscará intensificar acciones que se vienen desarrollando en conjunto en diversos Centros Barriales integrados a la Federación Familia Grande Hogar de Cristo, mediante la Dirección General de Acceso a la Justicia (ATAJO) y sus Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia distribuidas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el conurbano bonaerense y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.

Para ver Nota original: https://www.fiscales.gob.ar/procuracion-general/se-firmo-un-convenio-de-cooperacion-con-la-federacion-de-centros-barriales-familia-grande-hogar-de-cristo/

 

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El Hogar de Cristo inauguró su casa como primer paso a un gran sueño

La comunidad del Hogar de Cristo Piuke Hue, vivió una jornada muy especial porque dejó inaugurada la casa, lo que significa un primer paso hacia un futuro muy prometedor para todos los que la integran. La celebración incluyó hamburguesas y choripanes, fútbol mixto, música en vivo, tortas y tartas, una feria de ropa y la celebración de la misa como cierre de las actividades.

El Hogar de Cristo Piuke Hue se trata de un dispositivo de contención y acompañamiento para los jóvenes con derechos vulnerados de los barrios del Alto de la ciudad. Cuenta con un equipo de voluntarios que siempre están dispuestos a ayudar, más en este hermoso proyecto.

Los voluntarios, caminando las calles de los barrios, fueron conociendo poco a poco a chicos y chicas que estaban en situación de calle o en conflicto con sus familias, muchos de ellos además con problemas de adicciones a las sustancias o el alcohol. Algunos también estaban fuera del sistema educativo y laboral.

Los empezaron a invitar a sumarse, brindándoles un espacio para el deporte, rondas de charla de ayuda mutua para ver que no son los únicos que están atravesando situaciones difíciles, una merienda y apoyo escolar. Talleres de oficios, recreación, lo que por ahora venía desarrollándose en la Casita de Jesús Misericordioso, en el gimnasio Newenche y en la Escuela CFI Don Bosco de El Frutillar.

Desde el hogar, realizan acompañamiento personal en salud, abrigo, nutrición, trámites legales, armado del plan de vida y el retorno a la escuela o colegios secundario.

En el mes de abril cumplieron un año y recibieron en concepto de donación un lote ubicado en Avenida Crucero General Belgrano esquina Cacique Huincaleo del barrio Unión. En ese momento solo pusieron un cartel pero ahora, gracias al enorme esfuerzo de todos y con una manito de Cáritas, lograron levantar una cabaña.

De los 14 lotes que recibieron las familias, el de la esquina, lindante con la cancha de fútbol, es el del Hogar de Cristo, un espacio del que de manera inmediata se empezaron a enamorar y comprometer para cumplir sus sueños.

El proyecto es construir el salón donde juntarse con todos los chicos para hacer los talleres y detrás, edificar la casa donde se puedan alojar los que lo necesiten o que estén en situación de calle, por un tiempo de acuerdo al proceso de cada uno.

Michael Belmont en diálogo con El Cordillerano comentó “con la ayuda de un albañil y la mano de obra en conjunto con los chicos comenzamos a levantarla, con dinero que nos dio Cáritas compramos parte de los materiales y el resto fue todo de donaciones que nos fue acercando la gente”.

Querían terminar esta primera etapa para este fin de semana y lo han logrado, solo falta colocar las aberturas que ya las tienen y las rejas que las hicieron en la escuela de oficios. “Faltaría pedir los servicios de luz y agua, que pasan por afuera del lote” agregó.

Con respecto a la utilidad que darán a esa casa comentó “tenemos pensado que uno de los más grandes que lleva un proceso y camino más largo, se venga a vivir acá como primer referente”.

Como es chica, van a poner una cucheta así pueden convivir dos por ahora, “mientras tanto vamos construyendo el salón que va a ser para todos los talleres de día y la casa futura en la que van a poder residir 18 chicos”.

Son aproximadamente 30 los que están de manera permanente en el Hogar de Cristo pero hay otros que van y vienen, porque saben que las puertas siempre están abiertas para todos los que lo deseen o sientan que lo necesitan.

Se puede colaborar

Aquellos vecinos o comerciantes de la ciudad que deseen colaborar con el hogar, pueden hacerlo con materiales de construcción y herramientas, además de mercadería, vestimentas y artículos para deportes. Asimismo continúan recibiendo donaciones para luego realizar ferias y recaudar dinero para destinar al proyecto.

“Queremos hacer un taller de albañilería para que los chicos aprendan el oficio y lo vayan aplicando en sus prácticas en la construcción del salón” detalló.

Esta gran familia del corazón lucha por una vida mejor para cada uno de sus integrantes, como hermanos se dan una mano unos a otros en el crecimiento personal y en la recuperación que sea necesaria.

La consigna que enmarca su trabajo tiene que ver con recibir la vida como viene, aceptarla y comenzar a trabajar en conjunto para mejorar, y en poco tiempo los cambios han sido muy notorios.

 

Para leer Nota original: https://www.elcordillerano.com.ar/noticias/2019/12/02/85358-el-hogar-de-cristo-inauguro-su-casa-como-primer-paso-a-un-gran-sueno

 

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