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“Aquí no se trata solo de dar de comer a un pobre, sino de considerarlo digno de participar en mi mesa”

Por: Virginia Bonard

Con guiño de Papa Francisco y abrazado por una explícita y palpable fraternidad episcopal y sacerdotal, se ordenó obispo Gustavo Carrara este sábado 16 de diciembre: un cura de su pueblo humilde y feliz.

“Muy queridos villeros, muchas gracias por venir”. Así inició sus palabras catequéticas el arzobispo consagrante, cardenal Mario Poli,en la ordenación de Gustavo Oscar Carrara como obispo auxiliar de Buenos Aires, Argentina, y primer obispo de la Vicaría para las Villas de Emergencia de la arquidiócesis porteña, quien hasta hoy se desempeñó como párroco en María Madre del Pueblo en la Villa 1-11-14 de Bajo Flores.

Y así respondía el pueblo dentro de la Catedral porteña, cantando: “Somos la iglesia de los pobres / las villas en las calles está / bancando la vida como viene / Carrara es nuestro de verdad./ Porque el Papa lo pidió / hay obispo y pastor / villero tiene el corazón / hoy vinimos hasta acá / hoy copamos la ciudad / soy villero de la Virgen de Luján”.

Gustavo Carrara es el primer obispo dedicado exclusivamente a la Pastoral en Villas de Emergencia que ya tiene Vicaría no territorial. Este sacerdote del clero de Buenos Aires y ahora obispo de 44 años, encarna uno de los espacios de evangelización en los cuales el cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco, puso su empeño y su corazón enteros: las villas de emergencia, una de las periferias existenciales que patentizan cómo se han ido construyendo socialmente los cordones urbanos de la capital argentina. Paraguayos, peruanos, bolivianos, conviven con argentinos llegados del interior argentino profundo con sensación fraterna en esas orillas lejanas para muchos y hogar para tantos.

La Ministra de Desarrollo Social del Gobierno Nacional, Carolina Stanley expresó su emoción: “Lo conozco a Gustavo desde el 2007. Son 10 años de trabajar juntos, vi cómo fue creciendo su parroquia, su barrio, comunidad. Estoy realmente muy, muy contenta”.

Participaron de la ceremonia la familia del neo obispo Carrara -papá Oscar y su señora, Elsa; sus hermanos Tamara y Gabriel; se rezó por el eterno descanso de su mamá Irene–; el secretario de Culto de Nación, Santiago de Estrada; el subsecretario de Culto de Nación, Alfredo Abriani; Alicia Pierini, reconocida referente de Derechos Humanos; los periodistas José Ignacio López y Alver Metalli; los dirigentes de la Comunidad San Egidio Andrea Poretti y Marco Gallo; el ex ministro de seguridad Antonio Berni; el ex legislador porteño Alejandro Amor, Walter Jiménez, director de Culto de la provincia de Buenos Aires, entre otros.

El consagrante principal fue el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, y los co-consagrantes fueron el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea; el rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), arzobispo Víctor Manuel Fernández, y los obispos auxiliares de Buenos Aires monseñor Joaquín Sucunza y monseñor Ernesto Giobando SJ.

Entre los obispos que concelebraron estaban Eduardo García, Fernando Maletti, Juan Carlos Ares, Jorge Torres Carbonell, Alejandro Giorgi, José María Baliña, Han Lim Moon, Gabriel Barba, Enrique Eguía Seguí, Guillermo Rodríguez Melgarejo, Oscar “Chino” Miñarro, José Luis Mollaghan, Alfredo Zecca, entre otros. Y también los sacerdotes recientemente designados obispos, próximos a asumir, Alejandro Benna y Jorge García Cuerva, junto a otros más de 100 sacerdotes y más de 30 seminaristas.

 

El pueblo y sus imágenes

Cuando todavía faltaba mucho para iniciarse la ceremonia, un grupo de parroquianos llegó hasta el altar de la Catedral con cinco banners tamaño “persona”, muy significativos para los sacerdotes que viven y ejercen su ministerio en las villas porteñas: beato monseñor Oscar Romero, monseñor Enrique Angelelli, el padre Daniel de la Sierra, el padre Jorge Vernazza y el padre Carlos Mugica. Testimonios de vidas entregadas por los más pobres de su tiempo.

Palabra de Carrara

Reproducimos completa la alocución de agradecimiento del obispo Carrara:

El nombre de Dios es Misericordia. Y hay momentos de gracia en los que uno hace memoria de la propia vida y no puede dejar de cantar junto a la Santísima Virgen, la Misericordia de Dios.
Hay un hecho que quiero traer a la memoria del corazón, es mi bautismo en la Basílica de Luján el 13 de octubre de 1973. Mi papá y mi mamá, mis padrinos y la familia me llevaron a bautizar allí por una promesa, como lo hacen miles cada año. Lo destaco porque Luján es Luján. Nuestra patria tiene allí a su Madre, ella es la Madre del pueblo. Allí la Virgen nos enseña el camino para cuidar a la patria, este empieza por cuidar a los más pobres. Allí hay que dejarse mirar por los ojos buenos de la Virgen para encontrar  la misericordia de Dios. Le pedimos así a ella que le rece a Dios por nosotros con la confianza de saber que en sus labios la oración suena más dulce.
Caminando a Luján aprendemos que peregrinar es rezar. Y aquí quiero empezar a agradecer tanto cariño recibido en estas semanas, empezando por destacar a aquellos que hoy vinieron caminando, peregrinando como un modo de rezar por mí. Y hablando de peregrinar podemos decir que a vida del cura, la vida del obispo -como nos recordara el Cardenal Bergoglio en la última reunión que tuvimos aquí cerca con los curas de las villas- es caminar con el pueblo de Dios que se le ha sido confiado. El cura, el obispo: “A veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos”. (EG Nº 31)
Pero también destaco otro gesto entre muchos que recibí, como este báculo que me regalaron un grupo de ex combatientes de Malvinas, ellos que alguna vez se sintieron olvidados, me lo regalaron porque entienden -me dijeron- que el ministerio episcopal es en primer lugar servicio a los olvidados que Dios no olvida.
Recibí muchos saludos en este tiempo pero entre los que me sorprendió es el de aquel muchacho al que le llevamos de comer en la noche de la caridad y al acercarse a la camioneta me mira y me dice, lo felicito me dijeron que va a ser obispo. Y aquí uno este saludo con la frase lema que elegí: Compartiendo con los pobres la alegría del evangelio…Aquí no se trata solo de dar de comer a un pobre, sino de considerarlo digno de participar en mi mesa. Es pasar de la generosidad a la comunión. Llegar a decir es de nuestra familia… El Evangelio de Jesús es claro: permanecer cerca del pueblo especialmente de aquellos que están solos, débiles y necesitados. Ser su amigo, su hermana, su hermano, hacernos prójimos, hacernos familia y dejarnos anunciar  la Alegría del Evangelio.
Con respecto a mi vivencia en las villas estos últimos 10 años de mi vida tomo prestadas las palabras de uno de los primeros curas de las villas, el padre Jorge Vernazza: “Para mí lo más importante es el contacto con los pobres. El trabajo en la villa me dio esta gran oportunidad. Me ayuda a mantenerme en un espíritu de pobreza, de simplicidad de vida; me pone frente a la situación más clara de tener que estar al servicio de otro y no de mi mismo. El contacto con quienes además de ser pobres se reconocen como tales, favoreció y enriqueció mi sacerdocio. Son ellos los más preparados para recibir la Buena Noticia”.
Entre los más pobres de los pobres en las villas ciertamente se cuentan a los chicos y chicas que están tirados en las calles y en los pasillos, pero gracias a Dios recibiendo la Vida como viene y acompañándola cuerpo a cuerpo nació y está creciendo la Familia grande del Hogar de Cristo. Donde hay familia hay esperanza y esta familia quiere hacerse cargo de sus miembros más frágiles. Muchos de ellos están aquí hoy.
A todos los que están aquí y a los que no pudieron venir les agradezco de corazón el cariño y la oración. Les pido por favor que lo mantengan y cuando haga falta también háganme las correcciones fraternas que pueda necesitar.
Quisiera terminar con un gesto tomando una oración del Papa Francisco. Extendamos nuestras manos pidiendo la bendición sobre ellas para cuidar la fragilidad de los más pequeños: “Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y ayudarlos: son manos que traen esperanza. Benditas las manos que vencen las barreras de la cultura, la religión y la nacionalidad derramando el aceite del consuelo en las llagas de la humanidad. Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin «peros» ni «condiciones»: son manos que hacen descender sobre los hermanos la bendición de Dios.” Amén.

Para ver nota original Online: http://www.periodistadigital.com/religion/america/2017/12/17/gustavo-carrara-el-primer-obispo-villero-en-argentina-religion-iglesia-buenos-aires-papa-francisco.shtml

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Ordenaron al primer obispo villero de la Argentina

“Ay, ay, ay, ay, qué risa que me da / Ay, ay, ay, ay, qué risa que me da /Ay, ay, ay, ay, qué risa que me da / tenemo’ obispo nuevo y lo tenemos que cuidar”

Abrazado por ese canto, mezcla de murga y canchita de domingo, y en andas (¡en andas!), salió hoy sábado 16 de diciembre al mediodía el neo obispo auxiliar de Buenos Aires, Gustavo Oscar Carrara, de la Catedral porteña. La espuma de carnaval le llenó la cara en el festejo, igual que los besos y los abrazos de su gente. La ceremonia fue un encuentro cordial y espontáneo entre el pastor y su pueblo. El templo estaba colmado por la feligresía de su querida parroquia María Madre del Pueblo en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores.

Este sacerdote del clero de Buenos Aires y ahora obispo de 44 años, primer vicario episcopal para la Pastoral en Villas de Buenos Aires, encarna uno de los espacios de evangelización en los cuales el cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, puso su empeño y su corazón enteros: la pastoral en villas de emergencia, una de las periferias existenciales que patentizan cómo se han ido construyendo socialmente los cordones urbanos de la capital argentina. Paraguayos, peruanos y bolivianos, conviven con argentinos llegados del interior argentino profundo con sensación fraterna en esas periferias: “Nosotros somos una familia, ahora volvemos al barrio a festejar. Le pregunté al obispo cómo quiere que le diga y me contestó: ‘Gustavo, como siempre‘ “, explicó a Infobae una fervorosa parroquiana.

 

LOS POBRES, “DIGNOS DE MI MESA”

“Recibí muchos saludos en este tiempo pero entre los que me sorprendieron está el de aquel muchacho al que le llevamos de comer en la noche de la caridad y al acercarse a la camioneta me mira y me dice, ‘lo felicito, me dijeron que va a ser obispo’. Y aquí va este saludo con la frase lema que elegí: Compartiendo con los pobres la alegría del Evangelio… Aquí no se trata solo de dar de comer a un pobre, sino de considerarlo digno de participar en mi mesa. Es pasar de la generosidad a la comunión. Llegar a decir es de nuestra familia… El Evangelio de Jesús es claro: permanecer cerca del pueblo especialmente de aquellos que están solos, débiles y necesitados. Ser su amigo, su hermana, su hermano, hacernos prójimos, hacernos familia y dejarnos anunciar  la Alegría del Evangelio”, describió con sencillez y su clásica voz suave el obispo Carrara.

En su alocución de agradecimiento, Carrara dijo: “Hay un hecho que quiero traer a la memoria del corazón, es mi bautismo en la Basílica de Luján el 13 de octubre de 1973. Mi papá y mi mamá, mis padrinos y la familia me llevaron a bautizar allí por una promesa, como lo hacen miles cada año. Lo destaco porque Luján es Luján. Nuestra patria tiene allí a su Madre, ella es la Madre del pueblo. Allí la Virgen nos enseña el camino para cuidar a la patria, este empieza por cuidar a los más pobres. Allí hay que dejarse mirar por los ojos buenos de la Virgen para encontrar  la misericordia de Dios. Le pedimos así a ella que le rece a Dios por nosotros con la confianza de saber que en sus labios la oración suena más dulce”.

Llevó a sus palabras, palabras del cardenal Bergoglio: “Y hablando de peregrinar podemos decir que a la vida del cura, la vida del obispo –como nos recordara el Cardenal Bergoglio en la última reunión que tuvimos aquí cerca con los curas de las villas- es caminar con el pueblo de Dios que se le ha sido confiado. El cura, el obispo, ‘a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos’.

“También destaco otro gesto entre muchos que recibí, como este báculo que me regalaron un grupo de ex combatientes de Malvinas, ellos que alguna vez se sintieron olvidados me lo regalaron porque entienden –me dijeron- que el ministerio episcopal es en primer lugar servicio a los olvidados que Dios no olvida”, indicó Carrara.

La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, confió a esta cronista su emoción: “Lo conozco a Gustavo desde el 2007. Son 10 años de trabajar juntos, vi cómo fue creciendo su parroquia, su barrio, comunidad. Estoy realmente muy, muy contenta”.

Participaron de la ceremonia la familia del neo obispo Carrara –papá Oscar y su señora, Elsa; sus hermanos Tamara y Gabriel; se rezó por el eterno descanso de su mamá Irene-; el secretario de Culto de Nación, Santiago de Estrada; el subsecretario de Culto de Nación, Alfredo Abriani; Alicia Pierini, reconocida referente de Derechos Humanos; los periodistas José Ignacio López y Alver Metalli; los dirigentes de la Comunidad San Egidio Andrea Poretti y Marco Gallo; el ex secretario de seguridad Sergio Berni; y el Defensor del Pueblo porteño Alejandro Amor, entre otros.

El consagrante principal fue el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, y los co consagrantes fueron el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea; el rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), arzobispo Víctor Manuel Fernández, y los obispos auxiliares de Buenos Aires monseñor Joaquín Sucunza y monseñor Ernesto Giobando SJ.

Entre los obispos que concelebraron estaban Eduardo García, Fernando Maletti, Juan Carlos Ares, Jorge Torres Carbonell, Alejandro Giorgi, José María Baliña, Han Lim Moon, Gabriel Barba, Enrique Eguía Seguí, Guillermo Rodríguez Melgarejo, Oscar “Chino” Miñarro, José Luis Mollaghan y Alfredo Zecca, entre otros. Y también los sacerdotes recientemente designados obispos, próximos a asumir, Alejandro Benna y Jorge García Cuerva, junto a otros más de 100 sacerdotes y más de 30 seminaristas.

En declaraciones a Infobae, monseñor Osca Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Comisión Ejecutiva del episcopado argentino, mientras no dejaba de recibir saludos y abrazos de laicos y sacerdotes, se refirió al nuevo obispo: “Me uno a la alegría del cardenal Poli de tener un obispo de la calidad de Carrara“.

LA PREVIA

Antes de la ceremonia, los parroquianos de María Madre del Pueblo arrancaron en torno a las 9 de Plaza Congreso hasta la Catedral, con banderas, bombos, entre cantos y fuegos de artificio. Adelante iba una marioneta gigante, toda blanca, que representaba al Papa Francisco. Casi como purificando las calles que durante esta semana fueron testigos de la violencia social y la represión de las fuerzas de seguridad, esta columna alegre y esperanzada caminó sin temores, con paso firme y confiado para encontrarse con su pastor.

Durante la celebración religiosa, adentro de la Catedral, esa imagen enorme del Papa Francisco se asomaba grande entre la gente, casi como haciendo palpable que el mismo Papa estaba allí junto a sus queridos villeros y su primer obispo ad hoc.

Para ver nota original Online: https://www.infobae.com/sociedad/2017/12/16/ordenaron-al-primer-obispo-villero-de-la-argentina/#L7QQCM7L2JFOHFGJQ45TYKIUC4

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Monseñor Gustavo Carrara recibió su ordenación episcopal

Buenos Aires (AICA): Monseñor Gustavo Oscar Carrara, designado obispo auxiliar de Buenos Aires, recibió este sábado 16 de diciembre su ordenación episcopal en la catedral metropolitana, rodeado por más de un centenar de fieles de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño. Eligió como lema episcopal: “Compartir con los pobres la alegría del Evangelio”, renovó su compromiso en la opción preferencial por los pobres y destacó el gesto de un grupo de ex combatientes de Malvinas que le obsequiaron el Monseñor Gustavo Oscar Carrara, responsable de la pastoral en las villas de emergencia, recibió este sábado 16 de diciembre su ordenación episcopal en la catedral metropolitana de Buenos Aires, rodeado por más de un centenar de fieles de la Villa 1-11-14, del Bajo Flores porteño, y eligió como lema episcopal: “Compartir con los pobres la alegría del Evangelio”.

El consagrante principal fue el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, y los coconsagrantes fueron el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea; el rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), arzobispo Víctor Manuel Fernández, y los obispos auxiliares de Buenos Aires monseñor Joaquín Sucunza y monseñor Ernesto Giobando SJ.

Participaron de la celebración eucarística los obispos Eduardo García (San Justo), Guillermo Rodríguez-Melgarejo (San Martín), Fernando Maletti (Merlo-Moreno), Gabriel Barba (Gregorio de Laferrere), Juan Carlos Ares (auxiliar de Buenos Aires), Jorge Torres Carbonell (auxiliar de Lomas de Zamora), Alejandro Giorgi (auxiliar de Buenos Aires), José María Baliña (auxiliar de Buenos Aires), Han Lim Moon (auxiliar de San Martín), Enrique Eguía Seguí (auxiliar de Buenos Aires), Oscar Miñarro (auxiliar de Merlo-Moreno), José Luis Mollaghan (arzobispo emérito de Rosario) y Alfredo Zecca, arzobispo titular de Bolsena, entre otros.

También asistieron los obispos electos Alejandro Benna (auxiliar de Comodoro Rivadavia) y Jorge García Cuerva (auxiliar de Lomas de Zamora), más de 100 sacerdotes y más de 30 seminaristas.

“Compartir con los pobres la alegría del Evangelio”
“Recibí muchos saludos en este tiempo pero entre los que me sorprendieron está el de aquel muchacho al que le llevamos de comer en la noche de la caridad y al acercarse a la camioneta me mira y me dice, ‘lo felicito, me dijeron que va a ser obispo’. Y aquí va este saludo con la frase lema que elegí: Compartiendo con los pobres la alegría del Evangelio”, explicó.

“Aquí no se trata solo de dar de comer a un pobre, sino de considerarlo digno de participar en mi mesa. Es pasar de la generosidad a la comunión. Llegar a decir es de nuestra familia”, agregó.

El flamante prelado afirmó que “el Evangelio de Jesús es claro: permanecer cerca del pueblo especialmente de aquellos que están solos, débiles y necesitados. Ser su amigo, su hermana, su hermano, hacernos prójimos, hacernos familia y dejarnos anunciar la Alegría del Evangelio”.

Monseñor Carrara trajo a la memoria su bautismo en la basílica de Luján el 13 de octubre de 1973, al expresar: “Mi papá y mi mamá, mis padrinos y la familia me llevaron a bautizar allí por una promesa, como lo hacen miles cada año”.

“Lo destaco porque Luján es Luján. Nuestra patria tiene allí a su Madre, ella es la Madre del pueblo. Allí la Virgen nos enseña el camino para cuidar a la patria, este empieza por cuidar a los más pobres. Allí hay que dejarse mirar por los ojos buenos de la Virgen para encontrar la misericordia de Dios. Le pedimos así a ella que le rece a Dios por nosotros con la confianza de saber que en sus labios la oración suena más dulce”, destacó.

“Y hablando de peregrinar podemos decir que la vida del cura, la vida del obispo –como nos recordara el cardenal Bergoglio en la última reunión que tuvimos aquí cerca con los curas de las villas- es caminar con el pueblo de Dios que se le ha confiado”, recordó.

El prelado insistió en recordar las palabras del hoy Papa: “El cura, el obispo, ‘a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos’”.

“También destaco otro gesto entre muchos que recibí, como este báculo que me regalaron un grupo de ex combatientes de Malvinas, ellos que alguna vez se sintieron olvidados me lo regalaron porque entienden –me dijeron- que el ministerio episcopal es en primer lugar servicio a los olvidados que Dios no olvida”, subrayó.

Para ver nota original Online: http://www.aica.org/31674-monsenor-gustavo-carrara-recibio-su-ordenacion-episcopal.html

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Ale Gallay, representante cultural 2017

Por segunda vez Gualeguaychú eligió a sus representantes culturales. En esta oportunidad, los votantes priorizaron la juventud, solidaridad y el poder de superación.

Alejando Gallay representó al Hogar de Cristo Nazareth, mientras que Leonel Bentancur lo hizo por la Organización No Gubernamental (ONG) Creo, recientemente constituida. Ale y Leo son amigos y han hecho infinidad de campañas solidarias juntos y acompañados de muchísimas personas que se sintieron interpeladas por sus iniciativas.

 

Por su parte, Alejandro Gallay trabaja para ayudar a las personas que pelean contra las adicciones a las drogas. Fue premiado por su poder de superación y su acompañamiento a compañeros que buscan desintoxicarse. Además, emprendió campañas de limpieza en barrios, y acompañó los talleres de carpintería, huerta y herrería que se realizan en el Hogar.

Finalmente, Gualeguaychú vuelve a tener dos nuevos representantes culturales, jóvenes, populares y muy queridos por la gente.

Para ver nota original Online: http://www.eldiaonline.com/leo-bentancour-ale-gallay-los-representantes-culturales-2017/

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Nueve de Julio, “en salida” contra las drogas

El presbítero José María “Pepe” Di Paola, responsable de la Comisión Nacional de Drogadependencia, visitó la ciudad de Nueve de Julio, donde participó de la inauguración del centro barrial de prevención de drogas y acompañamiento de los jóvenes “Padre Pedro Traveset”.

Durante su estadía en Nueve de Julio, y acompañado por diez jóvenes recuperados de adicciones, el sacerdote misionó por los barrios nuevejulienses de la zona de Ciudad Nueva, visitando hogares y escuelas donde mantuvo encuentros con niños y jóvenes.

En la misión, los jóvenes brindaron su testimonio y promovieron el nuevo centro barrial entre los habitantes de los barrios.

Acompañado por el presbítero Guillermo Gómez, director del centro barrial, el presbítero Di Paola brindó una charla de presentación sobre los centros barriales, con énfasis en la importancia de la labor comunitaria. Entre los presentes se encontraban referentes políticos y sociales, miembros de la Iglesia, de Cáritas diocesana y parroquial, y vecinos en general.

Estas actividades constituyeron el primer paso en la prevención y el acompañamiento a los jóvenes, tal como lo promueve el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, quien considera que “la Iglesia no puede mirar para otro lado respecto a esta situación y debe hacer cuanto esté a su alcance para responder a las nuevas formas de pobreza que se presentan en la actualidad”.

El Centro barrial Padre Pedro Traveset
El Hogar de Cristo Padre Pedro Traveset es el primero que se pone en marcha en la diócesis de Nueve de Julio. De este modo se avanza con la insistente petición de monseñor Ariel Torrado Mosconi, de abrir un centro barrial en cada una de las ciudades principales de los 17 distritos que conforman el territorio diocesano.

Estará ubicado en Sáenz Peña 955, de Ciudad Nueva y funcionará tres días por semana, de 10 a 17. Está destinado a adolescentes y jóvenes desde los 14 años con problemas de adicciones.

Será dirigido por el padre Guillermo Gómez a quien acompañarán el diácono Ariel Palanga y la hermana Margarita. Lo atenderá un grupo de voluntarios y será asesorado y acompañado en sus inicios por dos especialistas: Marcelo Del Campo y Flavio Alman, que trabajaron en la comunidad terapéutica de internación de Santo Tomás, de Carlos Casares.

Los Hogares de Cristo
Los Centros Barriales u Hogares de Cristo nacen como propuesta de la Iglesia ante el creciente avance de los jóvenes y niños en el consumo de drogas. Se diferencia de otras instituciones porque asiste a la persona con una mirada integral humanitaria y trabaja en red con otras instituciones tanto públicas como privadas para satisfacer las necesidades, también las materiales, más inmediatas. Otra de sus diferencias más notorias es que en lugar de aguardar la llegada espontánea de los jóvenes, salen a su encuentro. De este modo, aplican a la realidad concreta la insistente prédica del Santo Padre para procurar una Iglesia cada vez más abierta y que sale a la calle en busca de quienes aún están alejados de ella.+

Para ver nota original Online: http://www.aica.org/31343-nueve-de-julio-en-salida-contra-las-drogas.html

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Dos ”pastores con olor a oveja”

Gustavo Carrara, vicario episcopal para las villas de emergencia de la capital, es el nuevo obispo auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires y Jorge García Cuerva, párroco de la villa La Cava, en San Isidro, fue designado obispo de Lomas de Zamora.

A medida que se van produciendo vacantes y nuevos nombramientos en el episcopado católico argentino también se nota el cambio de criterio impulsado por el papa Francisco que ha privilegiado en las designaciones a sacerdotes que tienen experiencia de trabajo pastoral con los sectores populares y que, varios de ellos, vienen compartiendo su vida con quienes viven situaciones de exclusión y padecimiento social. Por eso no sorprendió al anuncio del nombramiento de Gustavo Carrara, vicario episcopal para las villas de emergencia de la capital, como nuevo obispo auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires, y de Jorge García Cuerva, párroco de la villa de La Cava, en San Isidro, como obispo de Lomas de Zamora. La trayectoria de ambos sacerdotes los sitúa en una línea pastoral de compromiso con los pobres, una de las características que Jorge Bergoglio pretendió imprimir a su gestión como máximo responsable de la Iglesia Católica.

Carrara, nacido en 1973 y sacerdote desde 1998 fue ordenado cura por el propio Bergoglio. Entre sus diferentes tareas en la ciudad capital se desempeñó en el santuario de San Cayetano (Liniers), entre 2003 y 2006, y desde el 2009 hasta la actualidad es párroco de la iglesia Santa María Madre del Pueblo, en la villa de emergencia 1-11-14 del Bajo Flores. Es también un teólogo que ha seguido de cerca la obra del papa Francisco, convirtiéndose en uno de sus propagadores. En un reciente libro que lleva por título “Francisco y los movimientos populares” (Editora Patria Grande, 2017), el ahora obispo escribió que “no hay miradas neutras de la realidad y Francisco elige mirar desde el Evangelio de Jesús”. Y agrega Carrara en el mismo texto que “es así que (Francisco) nos interpela a liberar nuestra mirada cautiva, encandilada por un mundo que se organiza en torno al poder, la riqueza y la codicia; y nos invita a hacernos prójimos de aquellos que más sufren” y, de tal manera, “nos llama a cuestionar la idea práctica dominante que afirma que algunos nacen con más derechos que otros”.

Para ver nota original Online: https://www.pagina12.com.ar/77480-dos-pastores-con-olor-a-oveja

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Misión contra las drogas en las periferias de la diócesis de Nueve de Julio

El presbítero José María Di Paola, de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, y 19 jóvenes recuperados realizan del 21 al 23 de noviembre una misión contra las drogas en los barrios de las periferias de la diócesis de Nueve de Julio.

En ese marco de la misión y la visita del sacerdote de la Pastoral de las Villas de Emergencia, comenzará a funcionar en la diócesis el centro barrial “Padre Pedro Traveset”.

El padre Di Paola es considerado un luchador incansable contra las drogas e inició en 2008 su trabajo pastoral en el interior de las villas porteñas, donde fundó el primer Hogar de Cristo, por mandato del cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco.

El sacerdote permanecerá en la diócesis hasta el 23 de noviembre, tiempo durante el que recorrerá los hogares de Ciudad Nueva, realizará encuentros con niños y adolescentes y celebrará la misa por la tarde.

El Centro barrial Padre Pedro Traveset
El Hogar de Cristo Padre Pedro Traveset es el primero que se pone en marcha en la diócesis de Nueve de Julio. De este modo se avanza con la insistente petición del obispo local, monseñor Ariel Torrado Mosconi, de abrir un centro barrial en cada una de las ciudades principales de los 17 distritos que conforman el territorio diocesano.

Estará ubicado en Sáenz Peña 955, pleno corazón de Ciudad Nueva y funcionará tres días por semana, de 10 a 17. Está destinado a adolescentes y jóvenes desde los 14 años con problema de adicciones.

Será dirigido por el padre Guillermo Gómez, a quien acompañarán el presbítero Ariel Palanga y la hermana Margarita. Lo atenderán un grupo de voluntarios y será asesorado y acompañado en sus inicios por dos especialistas en el campo, Marcelo Del Campo y Flavio Alman, que trabajaron en la entonces comunidad terapéutica de internación de Santo Tomás (localidad de Carlos Casares).

Los Hogares de Cristo
Los Centros Barriales u Hogares de Cristo nacen como propuesta de la Iglesia ante el creciente avance de los jóvenes y niños en el consumo de drogas. Se diferencia de otras instituciones en que asisten a la persona con una mirada integral humanitaria y trabajan en red con otras instituciones tanto públicas como privadas para satisfacer las necesidades, también las materiales, más inmediatas.

Otra de sus diferencias más notorias es que en vez de aguardar la llegada espontánea de los jóvenes salen a su encuentro. De este modo aplican a la realidad concreta la insistente prédica del Santo Padre para procurar una Iglesia cada vez más abierta y que sale a la calle en busca de quienes aún están alejados de ella.+

 

Para ver nota original Online: http://www.aica.org/31274-mision-contra-las-drogas-en-periferias-de-la-diocesis-nueve.html

 

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El cura villero “Pepe” Di Paola llegará a 9 de Julio

El Padre “Pepe” Di Paola y 19 jóvenes recuperados comienzan la misión contra las drogas

Comenzará a misionar en los barrios más alejados de la ciudad.
El centro barrial “Padre Pedro Traveset” comenzará a funcionar con la llegada del cura villero “Pepe” Di Paola a Nueve de Julio. El sacerdote es un incansable luchador contra las drogas que comenzó con su misión desde el interior de las villas porteñas. En el 2008, viviendo en la villa 21, fundó el primer Hogar de Cristo junto al por entonces car-denal Jorge Bergoglio.
José María Di Paola –que pertenece al movimiento de la Iglesia Católica conocido como “Los curas villeros”-, llegará este martes 21 junto con 19 jóvenes recuperados de las adicciones. Permanecerá en la ciudad hasta el 23 de noviembre, tiempo durante el que recorrerá los hogares de Ciudad Nueva, realizará encuentros con niños y adolescentes y celebrará la misa por la tarde.

El Centro barrial Padre Pedro Traveset
El Hogar de Cristo Padre Pedro Traveset es el primero que se pone en marcha en la diócesis de 9 de Julio. De este modo se avanza con la insistente petición de Monseñor Ariel Torrado Mosconi, de abrir un centro barrial en cada una de las ciudades principa-les de los 17 distritos que conforman el territorio diocesano.
Estará ubicado en Sáenz Peña 955, pleno corazón de Ciudad Nueva y funcionará tres días por semana, de 10 a 17 horas. Está destinado a adolescentes y jóvenes desde los 14 años con problema de adicciones.
Será dirigido por el padre Guillermo Gómez a quien acompañarán el Diácono Ariel Palanga y la hermana Margarita. Lo atenderán un grupo de voluntarios y dos y será asesorado y acompañado en sus inicios por dos especialistas en el campo, Marcelo Del Campo y Flavio Alman, que y trabajaron en la entonces comunidad terapéutica de internación de Santo Tomás (localidad de Carlos Casares).

Los Hogares de Cristo
Los Centros Barriales u Hogares de Cristo nacen como propuesta de la Iglesia ante el creciente avance de los jóvenes y niños en el consumo de drogas. Se diferencia de otras instituciones en que asisten a la persona con una mirada integral humanitaria y trabaja en red con otras instituciones tanto públicas como privadas para satisfacer las necesidades, también las materiales, más inmediatas. Otra de sus diferencias más notorias es que en vez de aguardar la llegada espontánea de los jóvenes salen a su en-cuentro. De este modo aplican a la realidad concreta la insistente predica del Santo Padre para procurar una Iglesia cada vez más abierta y que sale a la calle en busca de quienes aún están alejados de ella.

Para ver nota original Online: http://www.diarioel9dejulio.com.ar/noticia/85836

 

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Dos nuevos obispos auxiliares: Buenos Aires y Lomas de Zamora

El Santo Padre Francisco nombró obispo titular de Lacubaza y auxiliar de la diócesis de Lomas de Zamora al presbítero Jorge Ignacio García Cuerva, santacruceño de 49 años, del clero de la diócesis de San Isidro, actualmente párroco de Nuestra Señora de la Cava, en Béccar.

Al mismo tiempo el papa Francisco nombró obispo titular de Tasbalta y auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires al presbítero Gustavo Oscar Carrara, porteño de 44 años, del clero de la arquidiócesis de Buenos Aires, actualmente párroco de Santa María Madre del Pueblo y vicario episcopal para las villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires.

La información de los nombramientos fue publicada hoy en forma simultánea en Roma y en Buenos Aires. Aquí lo hizo, a través de la agencia AICA, el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig.

Mons. Jorge Ignacio García Cuerva
Nació el 12 de abril de 1968, en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz. Tras sus estudios primarios y secundarios, cursó varios años de la carrera de Derecho, que interrumpió para ingresar al Seminario de San Isidro. Posteriormente, en 2009, siendo ya sacerdote se graduó de Abogado en la Universidad Católica de Salta.

Realizó sus estudios de filosofía y teología en el Instituto San Agustín, de la diócesis de San Isidro, filial de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA), obteniendo el grado de bachiller en Sagrada Teología. Es licenciado en Teología, con especialidad en Historia de la Iglesia (2003) y licenciado en Derecho Canónico (2016).

Recibió la ordenación sacerdotal por imposición de manos de monseñor Alcides Jorge Casaretto, en la catedral San Isidro Labrador, el 24 de octubre de 1997. Está incardinado en la diócesis de San Isidro.

Tras su ordenación cumplió los siguientes ministerios y oficios:

De 1997 a 2005, vicario parroquial en Nuestra Señora de la Cava” en la villa de emergencia La Cava, de Béccar; de 2006 a 2014, párroco de Santa Clara de Asís, en la localidad de El Talar; y de 2014 a la actualidad, párroco de Nuestra Señora de la Cava.

De 2012 a la actualidad, vicepresidente primero de Caritas San Isidro; y miembro de la Comisión Nacional sobre la drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina hasta el año 2013.

Es asesor en Derecho Canónico del Obispo, y promotor de Justicia en el Tribunal Interdiocesano San Isidro-Merlo-Moreno.

De 1998 a 2017, delegado diocesano de la Pastoral Penitenciaria; de 2007 a 2014, delegado regional de Pastoral Carcelaria; de 2010 a 2017, representante de América Latina y el Caribe en la Comisión Internacional de Pastoral Carcelaria (Iccppc); y desde febrero de 2017 a la actualidad vicepresidente de la Comisión Internacional de Pastoral Carcelaria (Iccppc).

Es además miembro del Secretariado Nacional de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina; capellán de unidades carcelarias en la provincia de Buenos Aires; y coordinador de la pastoral carcelaria en el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).

Mons. Gustavo Oscar Carrara
Nació en Buenos Aires el 24 de mayo de 1973. Ingresó al seminario metropolitano Inmaculada Concepción de la arquidiócesis de Buenos Aires en 1991. Realizó sus estudios eclesiásticos en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA).

Fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1998 por la imposición de manos del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Mario Bergoglio SJ.

Tras su ordenación presbiteral cumplió los siguientes ministerios y oficios: de 1999 a 2003, vicario parroquial de Nuestra Señora de Luján de los Patriotas (barrio Mataderos); de 2003 a 2006, vicario parroquial del santuario San Cayetano (barrio Liniers); de 2006 a 2007, vicario parroquial de la Inmaculada Concepción, de Belgrano; de 2007 a 2009, primero administrador parroquial y luego párroco de Virgen Inmaculada (barrio Villa Soldati); y de 2009 a la actualidad, párroco de Santa María, Madre del Pueblo, en la villa de emergencia 1-11-14 del Bajo Flores.

En 2002 fue responsable en la comisión arquidiocesana de Pastoral de Juventud; de 2006 a 2009, viceasesor del Consejo Arquidiocesano del área Jóvenes de la Acción Católica Argentina; de 2007 a 2011, responsable para la pastoral en las villas de emergencia; de 2012 a la actualidad, vicario episcopal para las villas de emergencia; de 2011 a la actualidad, miembro del Consejo Presbiteral; y de 2012 a 2014, decano del Decanato 20 Soldati.+

Para ver nota original Online: http://www.aica.org/31245-dos-nuevos-obispos-auxiliares-buenos-aires-lomas-de-zamora.html?platform=hootsuite

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El padre Pepe Di Paola se reunió con los curas villeros de Tucumán y con el arzobispo

El miércoles, con 40 grados a la sombra, el padre José María “Pepe” Di Paola sonreía sin perder la compostura. Quizás no tanto por el hecho de estar en Tucumán, precisamente, como por celebrar ese día sus 30 años de sacerdocio. Sus amigos, todos curas villeros de la provincia, lo recibieron con un asado en la casa parroquial de San Francisco Solano, en Banda del Río Salí, que es el nuevo hogar del padre Andrés Ortega. En la modesta vivienda se reunieron unos 15 sacerdotes junto a quien presidía la pastoral antes de ser nombrado arzobispo, monseñor Carlos Alberto Sánchez.

A puertas cerradas los curas analizaron la realidad de Tucumán. Cada sacerdote contó su experiencia en la villa donde le toca estar y escucharon el punto de vista del padre Pepe, a cargo de la Pastoral de Adicciones del Episcopado Argentino. Por la mañana el sacerdote había dictado una charla sobre prevención en la Justicia provincial y por la noche presentó el libro de Víctor Lupo, en Tafí Viejo. También aprovechó para recorrer la villa El Sifón, donde varios jóvenes se quitaron la vida a causa de la adicción a las drogas.

En 2018 la pastoral de curas villeros cumplirá 50 años en Buenos Aires. “Nuestra propuesta no es la única pero es práctica. Trabajamos en centros barriales, y tratamos de que la comunidad se involucre para ayudar a los chicos del barrio. Comenzamos hace nueve años en la villa 21 y de ahí la experiencia se fue extendiendo a varios lugares del país. Ahora mismo en Tucumán y en el interior hay centros con esta propuesta comunitaria”, explicó el cura, de 55 años.

En su pecho lucía un pin con el rostro del fallecido cura Juan Viroche. ¿Y eso? “Me lo regaló la multisectorial Juan Viroche. Era un hombre muy comprometido desde el primer momento”, dice acariciando la chapita.

– ¿Cuál es el enfoque que hoy tiene la Pastoral?

– Nuestro foco está puesto en tratar de llegar a la vida de un chico antes que el narcotraficante. Y si llegamos tarde, ver cómo podemos ayudar a ese chico a salir, a recuperar su dignidad. En esos dos trabajos de prevención y de recuperación se juega la tarea pastoral de nuestras parroquias.

– ¿Qué diría de la droga vinculada a la corrupción?

– El papa Francisco lo denuncia en forma permanente. Es parte de lo que tenemos que enfrentar todos los cristianos. La droga atraviesa toda la sociedad. Es un problema nacional, que viene desde hace cuatro décadas. No se va a resolver de un día para el otro, hay que ponerle mucha creatividad.

– ¿Que representa Viroche?

– Nos hemos propuesto defender su historia, su trabajo y su compromiso con los más necesitados. Siempre debemos tener memoria de aquellos que dieron la vida por los demás como lo hizo él.

> Deporte y cultura del encuentro

El padre Pepe presentó en Tafí Viejo el libro “El deporte en la cultura del encuentro. Deporte y fe”, del escritor tucumano Víctor Francisco Lupo, que integra la comisión de Prevención de Adicciones del Episcopado. El libro expone en forma amena el pensamiento del papa Francisco en relación al deporte y narra anécdotas.

Para ver nota original Online: http://www.lagaceta.com.ar/nota/752015/actualidad/padre-pepe-di-paola-se-reunio-curas-villeros-tucuman-arzobispo.html

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“Solicitan que se declare la emergencia a nivel nacional de las adicciones”

Frente a la problemática de la droga que es cada vez mayor en todo el país, son numerosas las organizaciones que procuran abordarla y trabajar con sus víctimas.

Una de ellas se ubicará desde hoy en la parroquia San Pantaleón. Se trata del hogar de Cristo de la Pastoral de adicciones. En este marco es que los padrinos del lugar visitan Río Cuarto: el Padre Hernán Martin y el coordinador Emanuel del hogar de Cristo Don Orione de Claypole, ubicado en Buenos Aires.

Esta institución es un centro de atención y acompañamiento comunitario para los adolescentes y jóvenes que se encuentran padeciendo el consumo problemático de drogas. Funciona en la modalidad de centro barrial, con profesionales y voluntarios al servicio de los concurrentes.

Se trata de un proyecto en el que la comunidad se organiza para acompañar la problemática de las adicciones. Ya son 80 centros barriales en todo el país.

“Nacemos del fracaso de todas las respuestas”, aseguró Pablo Vidal, coordinador nacional del Hogar de Cristo y explicó que el pedido de emergencia nacional de la problemática de la adicciones se debe a que el conjunto de la sociedad es parte de la respuesta. “Es un llamado a la atención de la sociedad. Es una respuesta que nos tiene que golpear a todos”, añadió.

Acompañar, escuchar, trabajar en el barrio del que el adicto es y la adicción como una problemática social y no como una enfermedad es en síntesis la manera de la que trabajará esta organización en Río Cuarto y ya lo hace en Buenos Aires.

Soledad, coordinadora del hogar barrial de la Parroquia, indicó que se trabajará con todas las edades y personas que quieran asistir e ingresar al hogar.

La población cercana al Hogar y que se vincula con la Parroquia son tres barrios: Barrio Mujica, Barrio Jardín Norte y el IPV.  Los entrevistados comentaron que se realizó el 1º Encuentro a nivel de los centros barriales, de la familia grande del hogar de cristo.

Por su parte, Emanuel manifestó que la visión con la que acompañan es socio comunitaria. “Se hace con los pibes que vienen al centro en torno al barrio, la comunidad. Creemos que una historia construida no se puede aislar a un pibe o piba para que se recupere”, detalló y consideró: “El proceso se hace en el mismo lugar, con la misma gente, tendiendo a fortalecer los lazos sociales”.

Con respecto a la demanda y oferta de droga, señaló que trabajan desde la demanda. De esta manera “los chicos que quieren salir adelante son recibidos” y para ellos de la oferta se tiene que ocupar el Estado, el Ministerio de Seguridad con políticas públicas y recursos para luchar contra el narcotráfico.

Expresaron que no lo consideran una enfermedad, sino una problemática social compleja que requiere una respuesta en red.

Para ver nota original Online: http://www.lv16.com.ar/sg/nota-102662/solicitan-que-se-declare-la-emergencia-a-nivel-nacional-de-las-adicciones

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